Viral, like, post, tuit… estas palabras son más que conocidas por todo el mundo a estas alturas. Las redes sociales y todo el mundo virtual se han expandido como una mancha de aceita en cuestión de pocos años. Son una ventana para la comunicación, la creación de comunidad, altavoz de voces oprimidas, pero también un arma de doble filo donde se puede causar el bien y mucho mal.
Unas amigas quedan para ir a una manifestación en contra de la sentencia de un caso de violación. Durante esta protesta se produce un hecho que provoca que Abi, una de ellas, haga un alegado feminista y de condena al suceso en su blog. El texto que no habían de ver más que cuatro personas contadas, acaba compartiéndose por todos sitios y Abi se convierte en una figura pública. No todo será tan positivo.
Con una temática muy actual, el texto de Molly Taylor incide en la rapidez de la creación y defenestración de mitos populares a través de las redes de una manera concisa, intensa y directa, con un ritmo incesante y un lenguaje que llega a todas las generaciones. El relato de la historia, en forma de repaso de actos pasados, integra al público que no sabe desde donde se está haciendo la vista atrás. Descubre poco a poco los detalles que conforman el momento actual y va desgranando emociones y actitudes humanas que no pueden ser juzgadas fácilmente.
En una escenografía minimalista y efectiva, el reparto va navegando por la narración en el tiempo y el espacio, utilizando los pocos elementos necesarios para exponer la historia. La conexión entre las y los intérpretes extrapola una amistad real, con las rencillas propias y el rencor que se puede ir estableciendo entre las personas.
La entrega de los personajes y la vivencia colectiva del público de pensar que quizás, en algún momento, se ha formado parte de alguna de las situaciones que se ven en el escenario puede hacer sentir incómodo, pero al mismo tiempo ayuda a tener consciencia de las consecuencias de cada acto.
El desarrollo de la producción es interesante y necesario, pero al mismo queda diluido en el mensaje que se quiere transmitir. Se recogen muchas ideas y pensamientos de manera dispersa sin llegar a conformarse un relato tan potente como podría haber sido.