Año 1893: Verdi, con 80 años, asiste al estreno de Falstaff en La Scala. Como gran acontecimiento, entre el público se encuentran la princesa Letizia Bonaparte y los compositores de ópera italianos Pietro Mascagni y Giacomo Puccini. El propio compositor salió a saludar al escenario, ovacionado al final de cada acto.
Solo un genio de la talla de Giuseppe Verdi podía despedirse de la lírica exclamando con sarcasmo y picardía: “Tutto nel mondo è burla”: la moralidad final de esta comedia agridulce en la que el compositor mostraba una vitalidad extraordinaria y una modernidad sorprendente en su estructura musical.