Loles León: Una noche con ella

Plumas, lentejuelas, una vida con luces y sombras dedicada al teatro, nostalgia, salseo vintage del bono, flow 1970 y canciones de penes. Si hasta aquí te ha parecido interesante, sigue leyendo.

La gente de la Barceloneta tiene un carácter especial. Aislados durante décadas de Barcelona por unas vías de tren que cortaban el acceso al barrio –a la altura de Pla de Palau–, la proximidad con el mar, la tradición tanto obrera como marinera y la humildad obligada por los que crecían apiñados en cuartos de casa han dejado la huella en ese espíritu tan mediterráneo: pasional, comunitario, abierto y generoso.

Y así es la diva de la Barceloneta, Loles León, que nos invita a pasar una noche con ella para repasar una extensísima trayectoria con un espectáculo de revista lleno de historias y canciones. Pocas intérpretes llenan 90 minutos con aventuras tan jugosas y contadas con tanta gracia. La Loles repasa sus fechorías infantiles por las calles de la Barceloneta, la explosiva Barcelona de los setenta y sus inicios en el Teatre Arnau y en la Cúpula Venus. Allí la ficharon por su sentido del humor descarado y sensual, al que sumaba poesía y textos de grandes autores como Federico García Lorca para renovar un género tan denostado como el cabaret. Y ese reclamo de vedette revolucionaria e intelectual causó furor en Madrid…Pedro Almodóvar la fichó, conquistaron Hollywood y el resto es historia. Mejor dicho: son historias. Concretamente con Jane Fonda, Jack Nicholson y Jeremy Irons. No os cuento nada: sólo por este salseo vintage ya vale la pena ver el espectáculo.

Una noche con ella homenajea con orgullo el teatro de revista más setenta, que en definitiva es el ADN del artista. Plumas, lentejuelas, luces de neón, escaleras con bombillas, bailarines hiperbólicos, canciones picaronas con base de pianola midi, autoconciencia de icono LGTBIQ+, pura fantasía. Y cuidado que esto podría ser curísimo, pero es que Loles Leon es pura desvergüenza, alegría y fuerza, gracia y carisma. Una diva cañí total a la que le compras todo. Ella misma dice haber nacido en la calle Tormenta y demuestra ser una fuerza de la naturaleza.

Tras la retirada de la Maña y Merche Mar, probablemente es, con Amparo Moreno, la última vedette en activo de aquel Paralelo de revista que empezó a morir con las Olimpiadas. Verla es ver un pedacito de la historia artística de la ciudad. Y sigue en plena forma.

Lo mejor: el enorme carisma y el magnetismo con el que cuenta historias. Quizás son inventadas, pero es honesta cuando confiesa su lado más oscuro, sus miedos y vulnerabilidades. Sólo puedes quererla.

No tan bueno: una dirección irregular que rompe el ritmo en transiciones excesivamente largas y que pone demasiado foco sobre unos buenos cantantes y bailarines con unos gags muy justitos.

Loles León es la actual anfitriona del Teatro Condal, con su obra, Una Noche con ella, que ha llegado al escenario barcelonés de la mano de Juan Luis Iborra. Amigo de la artista durante más de 30 años.

La artista lleva la batuta de su propia noche sobre el escenario acompañada por tres coristas: Yeyo Bayeyo, Fran del Pino, Briel González. Bayeyo, además, le da el toque musical y del Pino y González también son la pieza de danza de este puzzle tan bien encajado. El show es un monólogo marcado por el humor y la fuerte imaginación de la protagonista, conducido por la música, el baile y las canciones que han marcado su vida. Loles León le cuenta a su querido público cómo han sido los últimos 50 años de su vida, cómo llegó a vivir de la profesión arriesgándolo todo por su vocación. El estilo del espectáculo es todo un homenaje a los shows que Loles empezó haciendo en Madrid, los que le llevaron a los periódicos gracias a las buenas críticas. El público podrá disfrutar de un divertido y original musical lleno de desparpajo, y ese humor tan característicos por la personalidad de la actriz. Una obra perfecta para todos los seguidores de la artista y de su característica forma de hacer disfrutar y reis al público.

En el escenario el vestuario es un gran protagonista, la obra cuenta con varios cambios que vienen de la mano del diseñador Manuel Fernández que a partir de piezas de la propia artista ha realizado su primera colección teatral.

Una hora y media para reír y disfrutar de la compañía de este maravilloso elenco que vela por las risas y el goce del público. Además estoy segura de que sus voces dejarán con las boca abierta a más de una y de uno.

Hay espectáculos que sirven para hacer repaso, para recordar la trayectoria del actor o actriz que hay encima del escenario. Acostumbran a ser monólogos, a veces punteados de canciones o números de cabaré… dependiendo de las habilidades del artista. Lo habíamos visto con Concha Velasco, con Cecilia Rossetto y algunos otros. Ahora le toca el turno a Loles León, una actriz que nació en La Barceloneta, que se dio a conocer en la Cúpula Venus con lo que antes se llamaba cabaré literario y que finalmente, como tantas otras, tuvo que marcharse a Madrid para acabar de triunfar y hacerse conocida. Después vendrían más de 35 películas (tres de ellas con Pedro Almodóvar) y 15 series de televisión, además de otros programas, obras de teatro y cortometrajes que han acabado haciendo de ella un personaje público y muy apreciado.

Una noche cono ella quiere hacer un repaso a todo esto, partiendo de datos biográficos, pequeñas o grandes anécdotas (algunas de verdad y otras… no lo sabremos nunca) y un puñado de canciones o números de cabaré que a Loles León le apetece interpretar. El texto y la dirección de Juan Luis Iborra, conocido guionista y director de cine, sirven un marco para que quepa todo… pero ya se sabe que cuando se quiere abarcar demasiado siempre acaban faltando cosas. Creo que el espectáculo se entretiene demasiado con los inicios, para despachar después la carrera cinematográfica de la actriz con un video y cuatro referencias. Además, hay escenas que se alargan en exceso (la anécdota con Jack Nicholson) y otras que no he acabado de entender qué hacían allá (el momento dedicado a Lorca). Pero, a pesar de todo, lo que realmente merece la pena es descubrir la personalidad de Loles León, que luce mucho más cuando improvisa (o parece que improvise) que cuando se ciñe al guion poco natural que le han escrito.

El envoltorio con que se sirve todo esto nos remite a las antiguas revistas, o bien a algunos espectáculos madrileños recientes que han acabado para decantarse por el género (El amor está en el aire, La última tourné). Justo es decir que la música, así como los dos bailarines-cantantes que lo acompañan, visten el montaje y le dan forma. No sé si es la forma más idónea para un monólogo de este tipo, pero en el fondo parece que lo que importa es dar color, glamour y alegría a una trayectoria artística que, en gran medida, se ha basado en esto.