Una afilada mirada sobre la maternidad de una de las grandes voces femeninas del teatro catalán. La dramaturga y traductora Carme Montoriol, con su breve pero sutilísima obra dramática, merece un lugar privilegiado entre los grandes clásicos modernos del teatro catalán. L’huracà, estrenada en 1935, retrata con enorme sutileza psicológica el conflicto angustioso de una mujer trágicamente absorbida por la posesiva relación que su hijo le reclama de una manera obsesiva.
Al día siguiente del estreno en el Teatro Poliorama, dentro de la temporada oficial subvencionada por la Generalitat republicana, la crítica del diario La Noche afirmaba que el texto de Montoriol era la mejor pieza que aquella temporada se había estrenado en el Teatro Catalán. Tras la Guerra Civil, la autora adoptó un estricto silencio literario, y su obra dramática se vio igualmente alejada de los escenarios durante décadas.
