Fuck-in-Progress

El trabajo de Jordi Cortés siempre me ha hecho viajar al singular universo de Federico Fellini por las imágenes grotescamente poéticas que presenta. Cuando salgo de ver este tipo de trabajo todo mi mundo se trastoca, todo se vuelve bello y único. En “Fuck-in-progress” no iba a ser diferente.

Jordi Cortés avisa indirectamente que hemos escogido libremente estar ahí. Se lo dice a los performers y se lo dice al público. Si estamos ahí es porque hemos venido a jugar. Y cuando habla de jugar, se refiere a la búsqueda del placer, la sensualidad, el erotismo… a actuar libremente según nuestros instintos, con respeto, amor y libertad. Y así empieza la obra y entre baile y baile va subiendo la temperatura de la sala progresivamente, sin descanso, hasta que el público es testimonio de una orgía bailada donde cada artista muestra su juego con el placer.

Se trata de un espectáculo hecho a raíz de la danza inclusiva. Es lo que da sentido a la pieza ya que el juego del placer se construye a raíz de la exaltación de los sentidos y no de la mirada dictada desde los medios. Cuando veía esos cuerpos moverse con toda su personalidad daba gusto ver como a través del lenguaje del movimiento se desmitifica la importancia de la imagen. No hay límites, ni de edad, ni de capacidades, los limites se los pone cada uno. Yo salí de la obra enalteciendo la belleza del cuerpo como genuino y único.

Me parece un espectáculo bien encajado, orgánico, seductor, con toques de humor, bello, lleno de simbolismos y con un juego de propuestas constantes. Se van sucediendo las escenas con transiciones imperceptibles. Audiovisuales, sombras chinas, frases absurdas llenas de sentido, personajes libres en su relación con la sensualidad, todo ello a la suma de un cuadro bien compuesto que parece “El jardín de las delicias” de El Bosco.

Ya hace años que vemos espectáculos de danza integrada, donde no es extraño ver bailarines profesionales compartiendo espacio con sillas de ruedas, pero Fuck-in-progress va un paso más allá. Jordi Cortés y la Asociación Kiakahart, que hace años que lucha para abrir a todos los ciudadanos el lenguaje de la danza y de las artes en movimiento, han querido demostrar que se puede bailar aunque no se tengan piernas o que haya una discapacidad visual. Aquí ya no aparecen las sillas, ni los bastones blancos, ni las prótesis… Todo desaparece a la primera escena, y encima del escenario sólo quedan bailarines. Unos bailarines, por cierto, que nos acaban demostrando que el cuerpo no es un impedimento, sino un recurso para expresarse y para sentir. De hecho, Fuck-in-progress habla de la sensualidad, del erotismo y de la necesidad de sentir, sea como sea tu cuerpo y prescindiendo de estereotipos y clichés.

Es cierto que el espectáculo puede resultar incómodo para algunos espectadores, pero de hecho se trata de esto. Para superar ciertos convencionalismos hay que pasar una primera fase, que quizás chocará o despertará en nosotros sentimientos enfrentados. Pero es necesario pasarla para poder entender el verdadero objetivo de la compañía. Espectáculo muy recomendable por sus sanas intenciones, pero también por la alta calidad de los bailarines y por la extraña belleza de las imágenes que crea.

Jordi Cortés torna a investigar el moviment en totes les seves facetes, des de la diversitat funcional, sensorial, psíquica, sexual e Inter generacional, trencant convencionalismes posant en escena a persones amb alguna minusvalia física.

Els ballarins alliberen els seus cossos mitjançant el llenguatge de la dansa, demostrant-nos que encara que tinguin alguna minusvalia poden expressar-se, ballar , sentir i transmetre’ns sensacions .

Ha estat un espectacle ple d’erotisme i sensualitat, on els ballarins han despullat els seus cossos i la seva ànima.

Una lliçó de lluita, superació i acceptació, adonant-nos que en realitat tots en el fons, tenim les nostres mancances i dificultats, i que els ideals de bellesa, plaer i perfecció, són irrellevants per ser feliços.

Espectacle molt recomanable que ens fa reflexionar sobre el cos humà més enllà de l’estètica i dels seus límits.

VALORACIÓ: *** 1/2