Drames rurals
Drama

Drames rurals

Sinopsis

Dramas rurales es el primer libro de narraciones de Caterina Albert, una chica acomodada de la Escala, conocida con el seudónimo masculino de Víctor Català.

Diez de los doce títulos que conforman estos dramas son historias trágicas o dramáticas ubicadas en espacios rurales, representadas por personajes del campesinado. Sólo dos, La explosión y La envidia, no se ajustan al conjunto. Los diez cuentos restantes presentan, en términos generales, las historias de unos personajes que, marcados por la fatalidad, contra la que no pueden luchar, acaban perdiendo la vida o viven en desgracia definitiva.

La propia Caterina Albert nos dice de su obra: «Yo vengo del hecho vivo, no del hecho muerte; para llegar aquí no he atravesado la serena quietesa del archivo, sino la agitación tumultuosa de la calle; más que la memoria de las acciones y de las obsesiones de los hombres, me han dicho los hombres y ses manías, las acciones mismas; he comprendido el dinamismo, la fuerza propulsora de estas, mejor que en el examen y compulsa del documento escrito, en la auscultación directa de la vida. En una palabra: en lugar de registrar con devota, con sagrada porfía por extraer de la profundidad de lo desconocido el conocimiento de las cosas estancias, me he limitado, con toda la modestia que me permitía mi situación, pero, eso sí, con ojos ampliamente, ávidamente abiertos, a mirar el espectáculo en curso que se ofrecía a mí,

Idioma:
Catalán
Sinopsis

Dramas rurales es el primer libro de narraciones de Caterina Albert, una chica acomodada de la Escala, conocida con el seudónimo masculino de Víctor Català.

Diez de los doce títulos que conforman estos dramas son historias trágicas o dramáticas ubicadas en espacios rurales, representadas por personajes del campesinado. Sólo dos, La explosión y La envidia, no se ajustan al conjunto. Los diez cuentos restantes presentan, en términos generales, las historias de unos personajes que, marcados por la fatalidad, contra la que no pueden luchar, acaban perdiendo la vida o viven en desgracia definitiva.

La propia Caterina Albert nos dice de su obra: «Yo vengo del hecho vivo, no del hecho muerte; para llegar aquí no he atravesado la serena quietesa del archivo, sino la agitación tumultuosa de la calle; más que la memoria de las acciones y de las obsesiones de los hombres, me han dicho los hombres y ses manías, las acciones mismas; he comprendido el dinamismo, la fuerza propulsora de estas, mejor que en el examen y compulsa del documento escrito, en la auscultación directa de la vida. En una palabra: en lugar de registrar con devota, con sagrada porfía por extraer de la profundidad de lo desconocido el conocimiento de las cosas estancias, me he limitado, con toda la modestia que me permitía mi situación, pero, eso sí, con ojos ampliamente, ávidamente abiertos, a mirar el espectáculo en curso que se ofrecía a mí,

Ficha artística
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