Divina de la mort

La companyia Fac-òf (Amor³. Shakespeare al cap), proposa un nou espectacle, aquesta vegada en format de cabaret. Divina de la mort és un cabaret lleuger i descarat que, en clau de comèdia, revela el caràcter grotesc de les violències estètiques.

Una proposta que del Teatre Maldà ha pogut fer el salt al Teatre Borràs, durant els dilluns. Un dia que veig que tenim petites obres per omplir aquest dia i que omplen de públic juvenil.

És una obra plena de gags, reivindicació sobre experiències de les autores en la mateixa pell. Amb gags amb l’esperit de cabaret, de pit i cuixa ens parlen sobre la bellesa, la joventut, els rols de gènere,…

Podem veure diferents tips de bellesa, com els que podem veure per TikTok o per qualsevol xarxa. Qualsevol més hilarant i divertit. Encara me’n recordo del Fairy per poder treure la grassa del nostre cos amb un sorbet amb aigua.

O el moment del cantautor on l’únic actor Marc Arias fa la seva intervenció musical amb la guitarra, quan en la resta de gags sembla l’home objecte. A més, tenim un artista convidat a la funció. Per parlar-ne de la seva pròpia visió dels diferents estereotipis.

Penseu que durant l’obra podrem escoltar i veure com les protagonistes estan pressionades per estar primers, altes, grans cuixes, poc o massa pit, falta de dieta, de gimnàs. Has d’aprimar-te, o engreixar-te, o créixer menys o més per un paper. Tot són problemes sigui quin sigui el teu cos. I amb aquesta premissa podem veure els diferents gags que es van succeint de forma ràpida i sense parar.

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Hablar del culto al cuerpo o de la presión social que ejercen determinados cánones estéticos es algo que ya se ha hecho muchas veces… Esta vez, sin embargo, se trata como si fuera un espectáculo de cabaré, con números aislados, canciones, pequeñas coreografías, momentos de crítica mordaz, etc. Es decir, un espacio donde cabe todo y donde valen chistes, parodias… pero también escenas más intimistas y reflexivas. Quizás hay cierto desajuste entre unas y otras (a veces la parodia parece escaparse de las manos), a pesar de que el conjunto resulta atractivo y muy eficaz.

Todo empieza con una especie de cuadro o espejo donde vemos una mujer prácticamente desnuda. Un retrato que recuperaremos al final, cuando ya libro de maquillajes y accesorios se nos muestre tal cual es. Y por el medio, una youtuber que da consejos alocados, un cantautor que nos ofrece sus últimas canciones sobre el tema, una pareja que intercambia roles, un Ken deconstruido, unas runners que critican a una tercera, unos modelos de bolsas de basura, etc. Un montón de personajes y situaciones, muy bien defendidos por un reparto muy joven y muy solvente: Marc Arias, Julia Calzada García, Joana Castellano, Gisela Guitart y Paula Segura.

Estarías más guapa si te arreglases más. Si hicieras dieta te sentirías mejor. ¿Quieres decir que no tendrías que depilarte? Lo importante es la personalidad, pero que no sea feo o fea. Se te pasará el arroz. Te quedarás para vestir santos.

Cada día cualquier persona recibe consejos no deseados o sentencias alrededor de su cuerpo, a su manera de vivir o de entender la vida. Imposiciones sociales que, aunque parece que van disminuyendo con el paso del tiempo, no acaban de erradicarse y afectan, más de lo que se piensa, a muchas personas.

Con pequeños sketches que conforman un todo, esta obra es un pequeño cabaret-vodevil de situaciones pretendidamente exageradas para conseguir una finalidad clara: demostrar su ridiculez. Pero también sirve para poner un espejo, nunca mejor referido, a una sociedad superficial y egocéntrica que ve en la estética su bandera principal para esconder, a veces, una vida patética.

La compañía Facòf estructura un relato divertido, interactivo y atractivo que invita al público a formar parte del espectáculo, al mismo tiempo que lo hace reflexionar e identificar situaciones que se pueden pasar por alto y que son tóxicas igual o más que las evidentes. Momentos estelares como el Ken deconstruido, el peso de las convenciones físicas o la carrera de fondo entre árboles y semáforos, ayudan a conformar un espectáculo distraído, al mismo tiempo que aporta un significado subyacente importante. Solo algunos momentos se llevan un punto demasiado al límite o se alargan en el tiempo y ralentizan la producción, pero eso no afecta al conjunto de la obra.

Las intérpretes y el intérprete se entregan sin reservas y se exponen para dar voz a cuestiones latentes con una mirada directa, honesta y real. Un rato desacomplejado con significado que eleva el espíritu y deja regusto de reflexión.