Sinopsis
Si os preguntáis qué validez tienen las ideas revolucionarias que defendíais hace tiempo, o si en algún momento os habéis mirado al espejo y habéis descubierto que no os parecéis a la imagen que teníais de vosotros mismos, la propuesta escénica de Mariano Pensotti os parecerá hecho a medida. Nació de una historia real: a raíz del golpe de estado en Argentina el padre del director enterró en el jardín de casa de los abuelos una serie de objetos comprometedores. No los volvió a ver hasta cuarenta años después, cuando el nuevo inquilino de la casa se quiso hacer una piscina y los encontró. Su propietario se enfrentó así con la persona que había sido. Y reconoció todos los objetos como propios, excepto uno. La investigación del origen de este objeto supuestamente ajeno es el hilo conductor de una serie de historias que protagonizan un director que trata de volver a poner en escena una obra que ya había representado quince años atrás, una cantante que canta las canciones de su padre y un político de izquierda que se acaba transformando literalmente en una persona diferente. Las historias se trasladan a la escena mediante un complejo sistema —copiado de un antiguo museo de la Patagonia— de decorados en movimiento, textos proyectados y cintas transportadores que, con un movimiento circular, llevan una y otra vez a los protagonistas a enfrentarse con situaciones que ya han vivido, pero desde perspectivas nuevas. Un relato fascinante y diferente sobre el deseo de ser otro, la tragedia de ser sólo uno y el temor a dejar de ser quien somos.