Comrades, I Am Not Ashamed of My Communist Past

Comrades, I Am Not Ashamed of My Communist Past

Dos interpretes de la antigua Yugoslavia, Vladimir Aleksić (actor) y  Sanja Mitrović (directora y actriz), entrecruzan su experiencia personal con la cinematografía de un país que ya no existe y se preguntan qué queda actualmente de los valores de justicia y equidad social con los que crecieron.

Comrades, I Am Not Ashamed of My Communist Past es una historia de amistad, amor y guerra, el recuerdo de un país que ya no se halla más que en la imaginación y la memoria, y también una mirada a los valores que gobiernan nuestro mundo actualmente.

Sinopsis

¿Es una obra de teatro o una sesión de cine? Quizás te lo preguntarás viendo que la pantalla es uno de los grandes protagonistas de la historia que nos cuentan Sanja Mitrović y Vladimir Aleksić. Ahora los ves sobre un escenario, pero son amigos desde niños. Nacieron en la República Federal Socialista de Yugoslavia, un estado socialista, multiétnico y multirreligioso que se desintegró en los años noventa del siglo pasado. Sanja Mitrović, directora e intérprete teatral, y Vladimir Aleksić, actor, acabaron emigrando juntos en el 2001, pero mientras que Sanja aún vive y trabaja en la Europa occidental, Vladimir volvió a casa para rehacer su vida en Serbia. Aun así, han trabajado conjuntamente en un espectáculo que se pregunta qué queda, en tiempos de materialismo e individualismo, de los principios de solidaridad y justicia que regían el país en el que vivieron, que nunca fue ni totalitario ni monolítico. Dejan constancia de las mil voces que se hacían escuchar en ese antiguo régimen socialista, las producciones cinematográficas nacidas en la antigua Yugoslavia y que muestran desde batallas épicas de los luchadores y luchadoras contra el nazismo hasta historias narradas desde los márgenes. Mediante la proyección de imágenes de la riquísima y diversa cinematografía yugoslava y utilizando recursos como la voz en off, el doblaje en directo o la reconstrucción física de las escenas filmadas, los intérpretes nos cuentan su historia personal y, a la vez, la de todo un país. Emplean especialmente imágenes de las producciones de Avala Film, los principales estudios del país que, como tantas compañías y productoras, acabaron desapareciendo con los cambios que provocaron la emergencia de los nacionalismos y la desintegración yugoslava. De hecho, Avala Film presentó su última producción en el 2000, poco antes de que Sanja y Vladimir dejaran su país y sus vidas siguieran caminos diferentes.

Duración:
Idioma:
Multilingüe amb sobretitulació en català
Sinopsis

¿Es una obra de teatro o una sesión de cine? Quizás te lo preguntarás viendo que la pantalla es uno de los grandes protagonistas de la historia que nos cuentan Sanja Mitrović y Vladimir Aleksić. Ahora los ves sobre un escenario, pero son amigos desde niños. Nacieron en la República Federal Socialista de Yugoslavia, un estado socialista, multiétnico y multirreligioso que se desintegró en los años noventa del siglo pasado. Sanja Mitrović, directora e intérprete teatral, y Vladimir Aleksić, actor, acabaron emigrando juntos en el 2001, pero mientras que Sanja aún vive y trabaja en la Europa occidental, Vladimir volvió a casa para rehacer su vida en Serbia. Aun así, han trabajado conjuntamente en un espectáculo que se pregunta qué queda, en tiempos de materialismo e individualismo, de los principios de solidaridad y justicia que regían el país en el que vivieron, que nunca fue ni totalitario ni monolítico. Dejan constancia de las mil voces que se hacían escuchar en ese antiguo régimen socialista, las producciones cinematográficas nacidas en la antigua Yugoslavia y que muestran desde batallas épicas de los luchadores y luchadoras contra el nazismo hasta historias narradas desde los márgenes. Mediante la proyección de imágenes de la riquísima y diversa cinematografía yugoslava y utilizando recursos como la voz en off, el doblaje en directo o la reconstrucción física de las escenas filmadas, los intérpretes nos cuentan su historia personal y, a la vez, la de todo un país. Emplean especialmente imágenes de las producciones de Avala Film, los principales estudios del país que, como tantas compañías y productoras, acabaron desapareciendo con los cambios que provocaron la emergencia de los nacionalismos y la desintegración yugoslava. De hecho, Avala Film presentó su última producción en el 2000, poco antes de que Sanja y Vladimir dejaran su país y sus vidas siguieran caminos diferentes.

Fotos y vídeos
Artículos relacionados
No podem oblidar(-los)

No podem oblidar(-los)

Quan l’Slobodan Minic va marxar de Sarajevo i va aterrar a l’Escala va descobrir que la quantitat d’habitants d’aquell petit poble empordanès era la mateixa que el nombre de persones […]

¡Enlace copiado!