Sinopsis

Más de quinientos alumnos i profesores de instituto protagonizarán esta pieza, símbolo de los valores de la paz y la tolerancia. 

El compositor checo Hans Krása compuso en 1938 una ópera infantil en dos actos titulada Brundibár (El moscardón). No pudo asistir al estreno, que tuvo lugar en secreto en Praga, puesto que ya había sido deportado a un campo de concentración. Allí, volvió a escribir la obra,  ya que no había podido llevarse las partituras, y la hizo representar por los niños y niñas del campo, que, gracias a la música, lograron así la sensación de una cierta normalidad en aquellos momentos  terribles. La pieza nos habla de la opresión, de manera crítica, pero bajo una apariencia  naíf.

Los valores de la paz y la tolerancia y principios como la aceptación de la diferencia son básicos en esta ópera, de ahí que en 1998 Brundibár se convirtiera en el centro de una experiencia de iniciación a la música que convertía en actores y cantantes a los niños y niñas de centros educativos de la ciudad.

Casi veinte años más tarde, cerca de quinientos estudiantes y profesores de institutos barceloneses protagonizan una nueva puesta en escena del proyecto y cierran un círculo al hacer posible un diálogo entre aquellos chicos y chicas que  intervinieron en  la experiencia veinte años atrás (algunos de ellos forman parte hoy del equipo creativo y de gestión) y quienes la viven hoy.

Duración:
Edad:
todos los públicos
Sinopsis

Más de quinientos alumnos i profesores de instituto protagonizarán esta pieza, símbolo de los valores de la paz y la tolerancia. 

El compositor checo Hans Krása compuso en 1938 una ópera infantil en dos actos titulada Brundibár (El moscardón). No pudo asistir al estreno, que tuvo lugar en secreto en Praga, puesto que ya había sido deportado a un campo de concentración. Allí, volvió a escribir la obra,  ya que no había podido llevarse las partituras, y la hizo representar por los niños y niñas del campo, que, gracias a la música, lograron así la sensación de una cierta normalidad en aquellos momentos  terribles. La pieza nos habla de la opresión, de manera crítica, pero bajo una apariencia  naíf.

Los valores de la paz y la tolerancia y principios como la aceptación de la diferencia son básicos en esta ópera, de ahí que en 1998 Brundibár se convirtiera en el centro de una experiencia de iniciación a la música que convertía en actores y cantantes a los niños y niñas de centros educativos de la ciudad.

Casi veinte años más tarde, cerca de quinientos estudiantes y profesores de institutos barceloneses protagonizan una nueva puesta en escena del proyecto y cierran un círculo al hacer posible un diálogo entre aquellos chicos y chicas que  intervinieron en  la experiencia veinte años atrás (algunos de ellos forman parte hoy del equipo creativo y de gestión) y quienes la viven hoy.

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