Aquests cinc anys

‘Aquests cinc anys’ es un musical de pequeño formato que proviene de Broadway (también se hizo una película) y, la verdad, desconocía la historia. Después de ver ‘El despertar de la primavera’ tenía ganas de saber cuál era la nueva propuesta de la compañía … y no me decepcionaron para nada. Sobre el escenario la historia de una relación amorosa desde principio a final y explicada desde dos planos temporales diferentes por sus protagonistas: original y con un momento mágico situado en medio de la historia con el encuentro de los personajes. Dos únicos actores en escena: Anna Herebia, brillante, divertida y con una voz que os dejará clavados, y Marc Flynn, intenso, emocional y muy resolutivo … por tanto, dos talentos privilegiados de los musicales de aquí. Ah! Y dos músicos excelentes que interpretan una partitura que creo que no ha de ser demasiado fácil. Poco más que contar, una historia sencilla, sin grandes artificios, con la que conectaréis y muy bien ejecutada … a disfrutar!

Dos actores jóvenes, un pianista y una violinista. Esta es la propuesta que nos hace la compañía Origen Produccions en su adaptación de la obra Aquests cinc anys. Para quien no conozca este musical de Broadway –que tiene versión cinematográfica con Anna Kendrick y Jeremy Jordan-, los protagonistas son un novelista de éxito y una aspirante a actriz que nos explican cómo han sido sus cinco años de relación. No se hace ningún spoiler diciendo que acaban separados porqué, precisamente, así es como empieza la obra, con Cathy descubriendo que Jamie se ha ido de casa y la ha dejado. A partir de aquí, saltos en el tiempo, entre el pasado y el presente, para explicar cómo ha evolucionado su relación todo este tiempo.

En esta versión, dirigida por Marc Vilavella, tenemos una puesta en escena muy sencilla, no se necesita más, para dar todo el protagonismo a los dos actores y sus interpretaciones. Anna Herebia y Marc Flynn son los encargados de narrar la historia con sus voces, ya sea a través de las canciones o los monólogos entramados. La interpretación de los dos es hipnotizante, pero sí es verdad que Flynn brilla más que su compañera, marcando su presencia desde la primera aparición. Por su lado, Herebia aunque empieza un poco más insegura, va creciéndose a medida que avanza la trama, haciendo una explosión – especialmente musical- a media obra.

Acompañados en los momentos musicales, y también formando parte del reparto en algún momento puntual, encontramos a Gustavo Llull/Gerard Alonso al piano, y a l’Anna Follia/Laura Marín al violín, que proporcionan un marco incomparable para la narración. Aun así, el ajuste entre el volumen de la música y las voces de los actores es uno de los grandes hándicaps de la obra, que tienen que ser cuidado, especialmente al inicio de la historia, para que un elemento no desvirtue al otro.

Para aquellos espectadores que conozcan el musical, esta versión les proporcionará la misma intimidad, verdad y dolor que la original, con dos jóvenes actores que ya se están comiendo el mundo de la interpretación. A aquellos que aún tienen que descubrirlo, esta es una muy buena manera de ver un musical en formato pequeño, cuidado y bien trabajado.

Hace años (más de 5) que esperaba ver este musical de Jason Robert Brown del que me fascinaba su estructura: una relación de pareja contada a dos voces, uno nos lo cuenta a medida que todo pasa – el enamoramiento, la pasión , el distanciamiento, las ambiciones personales no siempre compartidas, la ruptura …- y el otro hacia atrás, en un viaje emocional muy, muy difícil de interpretar. Me intrigaba cómo sería el momento en que coincidían las dos perspectivas temporales y realmente ese momento es muy delicado. Ahora bien, – el problema de las altas expectativas- me faltó cierta emoción. No es que las interpretaciones de Anna Herebia (Rent) y Marc Flynn (El despertar de la primavera) no sean de mucha calidad sino que quizás por la propia estructura de la obra, veía dos historias demasiado paralelas más que una sola explicada desde dos puntos de vista. Quizá también me está pasando en algunas propuestas que implican mochilas vitales, relaciones de pareja largas e intensas, que creo que actores no tan jóvenes jugarían con ventaja. Me debo estar haciendo mayor….

Una pega menos subjetiva fue el sonido. La música -bien diversa y muy bien interpretada al piano y violín- se come a ratos las voces, sobre todo al inicio, perjudicando la comprensión de las letras.

En resumen, musical muy trabajado, con cuidado y delicadeza, íntimo -tanto que hace daño a ratos ver cómo se desmorona la relación-, en un espacio más que adecuado para una historia de amor y desamor cantada al oído, el Maldà.

Hay muchas maneras de contar una historia de amor. Cathy y Jamie nos explican la suya en ‘Aquests cinc anys’, un musical al más estilo Benjamin Button. Dejando de lado la cuestión de la edad, la narración explica los cinco años de relación desde el punto de vista de cada personaje, protagonizados por Anna Herebia y Marc Flynn, pero de manera invertida. Cathy empieza por la ruptura mientras que Jaimie lo hace por cuando se conocieron, ambos relatos coinciden en el momento más álgido e importante de su relación.

El trasfondo de la trama muestra las dificultades de combinar el éxito y el fracaso profesional dentro de una misma pareja. Mientras que él triunfa con su primera novela, ella no consigue salir de un bucle de pruebas para conseguir un papel en alguna obra de teatro.

Los diferentes estados de ánimos de cada personaje se ven reflejados en cada una de las canciones. La música se caracteriza por la diversidad de estilos -pop, jazz, rock, folk- y por la intimidad musical. Un violín, un piano y dos voces en una sala pequeña como El Maldà. Cathy consigue arrancar más de una sonrisa en algunas canciones gracias al toque de ironía de su personaje y a la buena adaptación del guión a la actualidad.

Esta obra propone un escenario y un montaje sencillos pero efectivo. Los elementos de atrezzo los van cambiando ellos mismos a medida que avanza el relato, y con ello se consigue crear diferentes entornos bien ambientados gracias al buen trabajo de la iluminación.

Una combinación de drama y comedia en un musical a pequeña escala, dirigido por Marc Vilella bajo la compañía Origen Producciones. The Last Five Years es el musical original escrito por Jason Robert Brown que se estrenó en 2002 y ganó un premio Tony.

The Last Five Years, aquí amb una traducció creativa, per a mi és un dels millors musicals "moderns", i a més de petit format, el que vol dir que es pot representar en espais reduïts; però que sigui de petit format no vol dir fàcil, al contrari, exigeix molt dels intèrprets, especialment a nivell vocal, doncs Jason Robert Brown ha barrejat una pila d'estils musicals: pop, jazz, latin, rock, klezmer, folk...

Jo hi he trobar tres defectes: micrar els intèrprets en un local tan petit o no haver sabut controlar la sonorització. Haver escollit el violí com a acompanyament del piano; el cello hauria sigut més adient i en la versió estrenada al 2001 a Chicago de sis instruments, dos eren cellos, i finalment l'excés d'optimisme del director marc Vilavella i els seus actors que ho han defensat amb correcció, però penso en quedat justos en els moments més difícils, i n'hi ha molts en aquesta obra. No és fàcil fer salts d'una octava com els que hi ha en el tema See I'm Smiling, per exemple.

Tot i així penso que han defensat l'obra dignament i que algun dels problemes els podran resoldre. Al que se li ha de donar un excel·lent és al pianista Gustavo Llull, quin monstre, boníssim!!!

 

Crítica completa »    https://bit.ly/2I3WmnE

Des de la seva estrena l'any 2002, Last five years ha esdevingut un musical de culte arreu i forma ja part del repertori canònic del gènere. Ja és un d'aquells espectacles pels quals "s'hi ha de passar". La partitura té un aire Sondheim indiscutible que edulcoren les lletres sovint prosaiques de Jason Robert Brown.

L'enrevessada estructura de la història, que circula per dos plans temporals diferents, el de la Cathy i el d'en Jamie, ho fan amb fluïdesa gràcies a una bona adaptació i una posada en escena sòbria i efectiva que l'espectador reb amb satisfacció. Anna Herebia i Marc Flynn volen a gran alçada tant quan les cançons s'acosten al jazz lleuger com quan ho fan a la balada romàntica o fins i tot al klezmer. Herebia es troba agust en els moments dramàtics i també en els còmics. Probablemnent, la escena més interessant i divertida de l'obra és aquella en què la Cathy, immersa en un carrussel de càstings interminable, canta, però l'espectador sent el que pensa, que s'ha convertit en la lletra de la cançó. Hi ha millor definició del que ha estat sempre l'essència del musical? La música com a transmissió de la consciència dels personatges. És una escena brillant que Herebia solventa amb la dosi necessària d'ironia, sense escarafalls, és impossible frenar la rialla.

Aquests cinc anys explica una història d'amor que comença i s'acaba, com totes les històries d'amor. El pes de la producció recau en l'anècdota i en els monòlegs-cançons que, en cap moment, aprofundeixen en la psicologia dels personatges, i col·loca la intensitat en una bastida agradable i sòlida però insubstancial que impedeix que el gaudi s'allargui durant tota la representació. La proposta de Vilavella i Llull treu tot el suc possible al text original i deixa el públic amb ganes que l'equip emprengui aventures encara més grans.

P. S: Com m'agrada quan al Maldà, de cop i volta, un personatge obre la finestra que dóna al carrer del Pi. És màgia! Barcelona és l'escenari perquè el Maldà ho ha dit!