El misantrop

Després d'estrenar-se en el Festival Grec d'enguany, arriba al Teatre Lliure, una versió actualitzada de la novel.la El Misantrop de Molière. Es tracta d'una producció de La Brutal amb dramatúrgia de Sergi Pompermayer.


Pompermayer ha escrit una versió més actual, més contemporània.
Pablo Macho Otero ha versificat el text original en versos alexandrins però també amb un llenguatge més proper, amb referències actuals i jocs de paraules.
David Selvas (director) ha creat una experiència teatral memorable. Ha tingut molta visió i talent a l'hora de seleccionar el repartiment, la creació del disseny escènic, l'elecció de la música i la il·luminació, i la supervisió general de la posada en escena.
El repartiment està encapçalat per en Pol López i la Mireia Aixalà.
Laia Alsina, Júlia Genís, Norbert Martínez, David Menéndez, Alex Pereira i Albert Prat, completen la resta de repartiment.
L'escenografia d'Alejandro Andújar ens situa en una empresa discogràfica, per tan, la música és present durant tota l'obra. La banda sonora conté grans èxits musicals de música rock i pop. Tot és en directe. Són els mateixos actors qui toquen i canten. Fins i tot en Pol López, ens regala una interpretació brillant de Sufre como yo, un tema de Fonollosa versionat per l'Albert Pla.
El disseny de llums de Jaume Ventura, el so d'Efrén Bellostes i l'espai sonor i música de Paula Jornet i Adrià Jornet són claus a l'hora de crear l'atmosfera adequada en cada escena.
Completen el muntatge el vestuari de Marta Pell i els audiovisuals de Mar Orfila.

Com ja sabeu, El Misantrop gira al voltant de la hipocresia, la vanitat, la falsedat i l'obsessió per les aparences.

El 2011 vaig veure una versió de El Misantrop que girava entorn del mundillo dels actors i actrius. En aquella ocasió la dramatúrgia, encàrrec del mateix Georges Lavaudant, va ser traduïda del francès al català i en prosa per en Sergi Belbel. D'aquella representació en guardo un gran record.

El Misantrop que ens proposa La Brutal manté el mateix missatge que l'original, però centrant-se en el món de la música.


El Misantrop de La Brutal parla de la vanitat dels artistes, la hipocresia i falsedat de la indústria musical, els interessos de les discogràfiques, l'obsessió per les aparences, les influències de les xarxes socials i la necessitat d'un gran nombre de seguidors, l'ambició, la desil·lusió, la falta d'ètica i valors, les relacions públiques, la imatge, els contactes. Ser fidel als teus principis i mantenir la integritat musical o vendre's a la moda del moment.

D'aquesta representació també m'emporto una experiència teatral inoblidable.
Al meu marit i a mi ens ha fet molta gràcia veure que el nostre fill és tal qual el misantrop.
Va estudiar indústria musical, és músic i està del tot decebut amb què s'ha convertit el panorama musical. Tot el que es planteja a l'obra: la hipocresia i falsedat de la indústria musical, els interessos de les discogràfiques, les influències de les xarxes socials, la necessitat de tenir un gran nombre de seguidors, la falta d'ètica i valors, la importància dels contactes i les relacions públiques, ser fidel als teus principis i mantenir la integritat musical o vendre's al que està de moda, ell ho ha patit.

Per tant, estem davant d'una obra que tot i que va ser escrita el 1666 continua evidenciant la realitat actual.

En una sociedad de fachada, la sinceridad es un peligro. ¿Hasta qué punto, sin embargo, un valor tan venerado puede convertirse en una trampa? ¿En qué momento la transparencia puede convertirse en el propio trullo? ¿El riesgo de la sinceridad, si fracasa, si el oído que la recibe no está suficientemente educado, no puede alimentar aún más la hipocresía de una mayoría que sólo actúa guiada por la apariencia? El idealismo puro puede ser un verdadero salto al vacío.
En El misántropo, Molière pretende hacer una crítica a la sociedad aristocrática de mediados del siglo XVII. En ese momento, el autor atraviesa unas complicadas circunstancias personales que le hacen ver el mundo y, en general, el género humano como una selva, una madriguera de falsedad, un vacío de valores… y toma a Alceste, el protagonista, como vehículo de su inquietud. Él, enamorado de Célimène, es muy torpe en las relaciones con los personajes que le rodean por su exceso enfermizo de sinceridad, y su poca traza destruye poco a poco el mundo donde se mueve. Ella, explosiva, dinámica y vital, se agota por la desconfianza de Alceste, que recela de lo que interpreta como flirteos de su amada con Clitandre. Y todo se va por el pedregal.
La adaptación convierte a este clásico en una pieza plenamente contemporánea. Y es que a esta sociedad, la actual, no le faltan ejemplos de individualismo e hipocresía. El dramaturgo Sergi Pompermayer sitúa la historia en la sede de una empresa discográfica y firma un brillante y atrevido ajuste del texto en consonancia a los signos de nuestro tiempo. Música en directo y canciones conforman el latido del espectáculo. Tal vez se exceda con ingredientes glamurosos (viajes, festivales… quizás no hacía falta) que guardan una distancia excesiva respecto a los elementos que en esencia estructuran la historia. Con un Pol López espectacular, se disfruta profundamente de las razones y pensamientos que expone el protagonista, y éstos a menudo están a un nivel superior del que ofrece el resto de intervenciones, Mireia Aixalà y Norbert Martínez aparte (espléndidos).
La dirección de David Selvas conduce la trama con ritmo, en un contexto escenográfico remarcable, ágil, visual y cautivador. El efecto de las imágenes, cámara en mano, en vivo, es impactante y eficaz para situar al espectador en la atmósfera del espectáculo.
Molière parió el texto en verso, y la versificación de esta adaptación, a cargo de Pablo Macho Otero, es algo más que acertada y actual. De tan versátil y viva, los actores y actrices la interpretan como si fuera prosa, y engancha de forma mágica.
El misántropo que lleva a escena Brutal invita a reflexionar sobre dónde hemos llevado o dónde nos ha llevado nuestra sociedad, su esencia y el papel que cada uno juega, si ésta nos deja. Sinceramente, muy recomendable.

Sergi Pompermayer y David Selvas vuelven a repetir la pareja dramaturgia-dirección de la exitosa obra América. Esta vez con uno de los clásicos más famosos de Molière (con versión actualizada de La Brutal y que fue presentada en el Grec 2024. La versificación ha corrido a cargo de Pablo Macho Otero.
La historia de la comedia en la Francia de Luis XIV es la historia de las comedias de Molière. Tras Don Juan en la que el libertino es un hipócrita, Molière sigue la cruzada contra la falsedad y escribió El Misantrop y siguió con Tartufo o el impostor. En opinión de Goldoni o Goethe, El Misantrop es la obra maestra de Molière, la más profunda, humana y desoladora.
Molière era un gran observador de la condición humana, por lo que sus obras no pierden actualidad. Por eso esta versión de La Brutal sigue siendo contemporánea. Esta moderna versión está ubicada en una empresa discográfica de la que Alceste es el presidente. Pol López es Alceste, el misántropo. Critica el vergonzoso comercio de la amistad fingida y la adulación constante. Odia a la humanidad.
Filinte (espléndido Norbert Martínez), el amigo de Alceste, es el portavoz privilegiado de la moderación, de la lucidez y de la ecuanimidad. Le aconseja que cuando se vive en sociedad debes comportarte según las costumbres de forma educada. Alceste no sigue sus sabios consejos, comienza a entrar en conflicto con todo el mundo y cae en el ridículo. Hay historias de celos, ya que Celimène (fantástica Mireia Aixalà), la amante de Alceste, es una auténtica cortesana, alegre, vividora y coqueta, mientras que Arsinoé (Laia Alsina) y Éliante (Júlia Genís) están enamoradas de Alceste . «La comédie est servie«. Está escrito en versos alejandrinos muy utilizados en el s. XVII para dar solemnidad y ritmo a las obras dramáticas, lo que no se consigue en esta versión a pesar del intento de versificarla en alejandrinos. La riqueza léxica de Molière se suple en esta obra con las canciones en un contexto contemporáneo.
Alceste le propone a Celimene abandonar París y dejar la vida urbana que en el texto de Molière era la vida cortesana.
Esta puesta en escena con una fantástica escenografía de Alejandro Andújar permite al resto de actores poner de manifiesto sus magníficas voces (Laia Alsina y Júlia Genís) o las cualidades actorales y de interpretación instrumental (David Menéndez, Alex Pereira y Albert Prat ) todo en un ambiente muy actual con un lenguaje adolescente y la incorporación de medios técnicos y redes sociales.
Pol López, en estado gracia, es el personaje principal y representa magníficamente bien la rabia contra un sistema falso y una sociabilidad inadaptada en la vida en sociedad. Ha dejado al público con la boca abierta cuando le ha oído cantar “Sufre como yo” de Albert Pla y Perfect day de Lou Reed que acaba haciendo cantar a todo el público en forma de karaoke. Momento sublime.