Crimen y telón

Ja fa 6 anys la companyia Ron Lalá va venir a Barcelona amb el seu espectacle 'Siglo de Oro, Siglo de Ahora'. Recordo perfectament sortir meravellada del Poliorama amb aquella proposta a l’estil dels entremesos barrocs però alhora del tot contemporània, on l'humor, la música en directe i el vers (amb rima consonant, esclar!) eren marca de la casa.

Amb 'Crimen y Telón' Ron Lalá ho ha tornat a fer. Amb el seu estil característic reviuen (i reinterpreten) novament el teatre clàssic a partir d'una distopia futurista amb tocs de novel·la negra: com seria el món si la cultura fos un bé il·legal i perseguit per les forces de seguretat? La premisa és del tot prometedora i, al mateix temps, una oportunitat que la companyia no desaprofita per fer una crítica a les polítiques culturals actuals que, amb la seva mala praxi, contribueixen a empobrir-nos com a societat.

Si estimes el teatre no t'oblidis de seguir de ben a prop la trajectòria de Ron Lalá. No només pel talent que demostren sobradament a cada funció, sinó perquè tot i els 'malos tiempos para la lírica' aposten per un tipus d'espectacle únic, compromés i arriscat en els temps que corren. I tot plegat amb un enginy i una personalitat pròpia embriagadors!

Llarga vida a Ron Lalá o, el que és el mateix, llarga vida al Teatre (sí, en majúscules)!

Fieles a su estilo, a su buen hacer y a su teatro de calidad, Ron Lalá nos brinda la oportunidad de disfrutar de su última creación, ésta con un punto más de culto al teatro que las anteriores, entrelazado entre los toques más populares, para crear un espectáculo con el que divertirse a la vez que se disfruta del buen teatro, de la música y del toque ácido característico de la compañía.

«Señores espectadores: quedan detenidos». La aventura distópica de Ron Lalá nos lleva al año 2037, momento en el que las máquinas y la tecnología lo dominan todo y las artes han quedado totalmente prohibidas. La Agencia Anti Arte (AAA) es la encargada de perseguir y acabar con quienes, en la clandestinidad, cultivan cualquier tipo de arte, y en estas aparece el cadáver del Teatro, que aparentemente se ha suicidado… Algo que no le queda nada claro al detective Noir, un ex adicto a la poesía reinsertado. Él intentará resolver el crimen a través de las pistas que va encontrando, que le llevan a diferentes flashbacks recorriendo diversas etapas de la historia del Teatro.

Con este argumento, es fácil entender que la obra es una gozada para los amantes del arte en general y del teatro en particular. Si a esto le sumamos la calidad y aptitudes de la compañía, el resultado es para disfrutar de lo lindo.

Un espectáculo ameno, divertido, donde los cinco actorazos se mueven por los diferentes personajes con soltura y con una dicción impecable, -mención especial al personaje del Teatro y su trabajo de cuerpo-; mezclando con maestría textos propios del Siglo de Oro con la narrativa de una historia de suspense y crimen; a la que se añade una componente musical de altísima calidad, con banda en directo (formada por ellos mismos); juegos de luces y sombras, y un decorado que te transporta al centro de una novela negra. Punto positivo también para los momentos reivindicativos para con el sector teatral: destaco el momento feminista, gracias chicos por ese punto tan necesario.

El teatro, gracias a compañías como Ron Lalá, no está muerto, no, ¡está muy vivo!

La companyia Ron Lalá es queda al Teatre Poliorama per tres úniques setmanes per demostrar el poder que té i ha tingut el teatre des que va néixer de la mà de la poesia. Amb la personificació de l'art que Aristòtil va defensar a la "Poètica", Ron Lalá ens ofereix un recorregut per la història del teatre amb una classe magistral de metateatre, en el que es coneix com un teatricida.

Amb els pilars característics de la companyia com són l'humor i la música en directe, l'escenari del Poliorama acull una trobada de tots els factors que poden configurar el teatre en estat pur: el text, la llum, els personatges, el so, els malvats i els protagonistes. La trama senzilla de "bons i dolents" queda eclipsada per un rerefons fenomenal. La gran posada en escena i el joc d'ombres i llums ajuden a perfeccionar aquest repàs exhaustiu del teatre com a art: des de les parts de l'escenari (prosceni, espatlles, pinta...), passant per les figures més importants però amagades a l'ombra com poden ser els regidors i els tècnics, acabant amb els autors més rellevants que han embrionat la història del teatre.

La companyia aprofita l'ocasió per fer una crítica, tenyida de comèdia i sàtira, de la situació actual del teatre dins del panorama cultural espanyol i proporciona al públic l'oportunitat de formar part de l'espectacle deixant-lo riure, cridar i aplaudir, i és que com va dir Aristòtil: "no existiria el teatre sense el públic". Crimen y telón no et deixa indiferent i abandones la butaca del Poliorama amb l'agradable incertesa de saber si el que has viscut ha estat realitat o ficció, fins que la possibilitat de comprar el text de la representació t'obre les parpelles i et fa despertar de la ficció viscuda.

 

Después de hacernos reír e impresionarnos con su dominio del verso en Siglo de Oro, siglo de ahora, Ron Lalá vuelve con la misma fuerza y la misma gracia con Crimen y telón, regalándonos, esta vez, todo un homenaje al mundo del teatro. Manteniendo su característico sentido del humor, el espectáculo resulta todo un recorrido por la historia del arte dramático desde sus inicios hasta las corrientes más contemporáneas. De este modo, la ingeniosa compañía mezcla una historia de crímenes e investigación, una sátira distópica y una farsa metateatral donde la música, las rimas y las canciones continúan teniendo un peso importante. Fresca, divertida y con personalidad, la obra tiene un fuerte contenido crítico y una defensa poderosa del teatro y de las artes en general con un componente didáctico. Quizás la mezcla de elementos no fluye de manera tan perfecta como en el anterior espectáculo y la acumulación de referencias teatrales pueden dejar fuera a parte de los espectadores no tan entendidos. Sin embargo, se trata, una vez más, de una apuesta de carácter único donde confluyen talentos tan grandes como diversos. Y eso les sitúa a por encima de la mayoría de espectáculos de humor comercial… que no es poca cosa.

De padres desconocidos, amante de la poesía, y enemigo del poder, el Teatro ha sido asesinado. Premisa prometedora, algo de repaso a la historia del arte, muy buenos recursos musicales e interpretativos pero algo reiterativa.

Ron Lalá, como siempre con humor y música, repasan (mucho menos de lo que yo esperaba) la biografía del teatro (con interesantes flashbacks), su estructura, autores, profesiones a él vinculadas… en el marco de la investigación detectivesca en un futuro distópico donde se han prohibido las referencias, difusión, lectura… de las artes.

Con este argumento a modo de homenaje al teatro y reflexiones apuntadas sobre su futuro, los aficionados a las artes escénicas estamos de enhorabuena. Sin embargo, y creo que soy el único, me ha parecido que el ritmo presentaba demasiados altibajos y, en sentido contrario, el repaso al teatro no acababa de atraparme pese a la calidad interpretativa y musical de los intérpretes.

Lo mejor: parece un aspecto menor, pero por poco frecuente, es de destacar: la excelente dicción y proyección de la voz. Un lujo.
Puesta en escena muy visual, de cómic de detectives, de luces y sombras, y apelando continuamente a la capacidad del espectador de ver más allá y reflexionar sobre quiénes y porqué querrían silenciar el teatro, o hacia dónde va las artes escénicas en un futuro hipertecnificado.

Es fantástico que exista un espectáculo como Crimen y telón y que compañías como Ron Lalá hagan el esfuerzo titánico que implica su confección.

El montaje nos plantea la cultura (el teatro, la literatura, la música…) como un bien ilegal y perseguido en una distopía futurista. Los artistas son los malos en una sociedad en la cual solo vale la razón y la practicidad de un mundo globalizado sin alma.

Al más puro y único estilo de la compañía, el espectáculo mezcla la trama con canciones, versos y referencias culturales de todo tipo.

Lo mejor de Crimen y telón es el tono único de Ron Lalá, unas fantásticas interpretaciones y la ternura que desprende dedicarle un espectáculo a la importancia que tiene la cultura en nuestra sociedad. Un bien que si no cuidamos suficiente se irá desvaneciendo despacio y nos hará a todos juntos peores tanto como individuos como sociedad. El punto más flojo, para mi gusto, son las canciones.

No te lo pierdas si tienes la oportunidad, hay que descubrir quién mató a teatro!