En Ànsia (Crave) cuatro voces se interrogan, se acusan y se buscan entre sí, como erizos en busca de calor. Cuatro monólogos entremezclados reverberan como un eco de cada uno, esperando desesperadamente una respuesta.
‘What shall I do now? What shall I do?
I shall rush out as I am, and walk the street
With my hair down, so. What shall we do tomorrow?
What shall we ever do?’
Recordando a The Waste Land, de T. S. Eliot, cuatro voces se escuchan, se acusan, se interrogan y se cuestionan entre sí. Cuatro monólogos entremezclados reverberan como un eco de cada uno, esperando desesperadamente una respuesta.
Una respuesta que no llega.
A, B, C y M parecen comunicarse como si fueran una sola voz que surge salvaje desde la oscuridad, como un monstruo incomprendido y solitario que pide amor desde el centro del mundo sin que su queja sea escuchada.
Abandonados a su suerte, en un mundo en ruinas, estas cuatro voces luchan contra sus miedos y el dolor que los persigue cuando entran en contacto con la realidad.














