Una ingeniosa premisa sirve como punto de partida para esta comedia sobre el uso del lenguaje: Una mujer casi analfabeta sufre una especia de posesión por parte de la RAE que la lleva a expresarse de forma tremendamente elevada y a no tener ninguna tolerancia por los errores lingüísticos, cosa que la aparta de su círculo más cercano y le imposibilita ser feliz. La obra transcurre en tiempo presente y el público asiste a una especia de terapia de conversión de esta mujer para recuperar su identidad anterior. Ambos intérpretes, María Adánez y José Troncoso, defienden sus papeles con nota y mucha complicidad entre ellos. La escenografía parece un plató de televisión, con una tarima retroiluminada y una pantalla donde […]