Vale la pena porque es una obra muy recomendable puesta en escena magistralmente por La Ruta 40 con la dirección de Albert Díaz. Entraréis en una especie de túnel del tiempo que a lo largo de noventa años, y pasando del siglo XIX al XX, en que una familia celebra la (las) cena de Navidad. que siempre empiezan igual: «el sermón del pastor este año me ha emocionado y me ha hecho saltar las lágrimas» dice la dueña de la casa. Con una puesta en escena sencilla y muy efectiva, los actores se han movido lenta y equilibradamente en un mundo que ya no existe y quizás ni entonces existía.
Josep Maria Ribaudí i Martí
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