Me encanta la ciencia ficción, que no es más que, como decía alguien, reflexionar sobre cómo reaccionamos ante cambios, habitualmente tecnológicos. La excusa aquí es la física cuántica de la que no he entendido nunca nada de nada. Sí, sé de memoria lo del gato de Schrödinger, y sigo con mi pensamiento limitado: o está vivo o muerto, no fastidiemos. No obstante, no nos asustemos, que la obra se disfruta, y mucho, sin necesidad de nada más que ganas de vivir emociones. La premisa es interesantísima: de repente, la gente puede saber cómo será su futuro. Aparecen en los muros de Facebook mensajes que nosotros mismos escribiremos en unos años. Y claro, todo cambia. Si ya está todo decidido, ¿qué […]