Me encanta la ciencia ficción, que no es más que, como decía alguien, reflexionar sobre cómo reaccionamos ante cambios, habitualmente tecnológicos. La excusa aquí es la física cuántica de la que no he entendido nunca nada de nada. Sí, sé de memoria lo del gato de Schrödinger, y sigo con mi pensamiento limitado: o está vivo o muerto, no fastidiemos. No obstante, no nos asustemos, que la obra se disfruta, y mucho, sin necesidad de nada más que ganas de vivir emociones.
La premisa es interesantísima: de repente, la gente puede saber cómo será su futuro. Aparecen en los muros de Facebook mensajes que nosotros mismos escribiremos en unos años. Y claro, todo cambia. Si ya está todo decidido, ¿qué sentido tiene hacer lo que hacemos y cómo lo hacemos? ¿Luchamos por una relación que sabemos que morirá? Sabiendo que la relación irá bien, ¿mueren las mariposas en el estómago? Donde queda el descubrimiento o el miedo? ¿Podemos rechazar este conocimiento de qué será de nosotros mientras el resto del mundo sabe a ciencia cierta el mejor camino a seguir?
Se juega con dos realidades diferentes y paralelas, dependiendo de qué caso hacemos a los mensajes recibidos del futuro. ¿Podemos cambiar el futuro? ¿Nos atrevemos a hacerlo? Si bien en algún momento te puedes perder y no saber en qué realidad estás, no importa mucho, enseguida te vuelves a situar. Hay una relación incipiente, un accidente de coche que cambiará la vida (o muerte) de tres personajes pero va más allá y habla de nosotros. De decidir, de romper con el destino, si es que es posible, de que cada decisión que tomamos abre un nuevo futuro, una nueva línea vital.
Si la sala ya proporciona siempre proximidad, en este caso, aún más. Una acertada escenografía ha reducido el espacio donde se mueven los personajes a la mínima expresión y de hecho es como si vieras primeros planos televisivos de tan cerca como pasa todo. Todo ello con una estupenda Bruna Cusí (y van ….), Muy bien acompañada por Vicky Luengo y Sergi Matamala, con algún tic ya habitual, y con gran trabajo de sonido e iluminación.