Ferran Gordillo y Ariadna Grau, creadores de la compañía Uku’Pacha, lo tienen claro: el espacio virtual ocupa un lugar cada vez más grande en la vida cotidiana. Y lejos de emitir juicios o de verlo como una amenaza, lo han convertido en una oportunidad. “Siempre hemos tenido un enfoque muy experimental sobre las artes escénicas, y no solo en el sentido de experimentar, sino de buscar nuevas maneras de llevar temáticas a escena y de tratar las narrativas”, explica Gordillo, quien, partiendo de esta premisa, ha dirigido Mary’s Room (Black Box): la primera obra en la que la intérprete lleva un traje de captura y es insertada en tiempo real dentro de entornos virtuales que se proyectan en el escenario.
El camino hasta llegar aquí, sin embargo, no ha sido sencillo. En los inicios de Uku’Pacha ya integraban el audiovisual dentro de sus propuestas. No obstante, la falta de recursos los llevaba a hacerlo de manera más discreta. “La idea de un traje de captura y de un entorno virtual parece fácil, pero en realidad hay que trabajar mucho para hacerlo posible”, asegura Gordillo. Encontrar profesionales que combinen las habilidades del mundo del videojuego con las artes escénicas ha sido otro de los grandes retos. Lo que nunca les ha faltado, sin embargo, es la ambición y las ganas de innovar. “Lo que me interesa de trabajar con el universo cinematográfico y con todo el universo técnico, como el de la realidad virtual, es poder tomar esas herramientas, aprovechar los recursos expresivos de esos medios y llevarlos al teatro. Abrir nuevas posibilidades dramatúrgicas en escena”.
Mary’s Room (Black Box) cuenta con tres personajes: Maria, Mary y Mitzi. Tres mundos dramatúrgicos distintos y tres tramas separadas a nivel técnico, pero que se entrelazan a lo largo de la obra. “Esta propuesta reflexiona sobre un presente que ya tenemos aquí, pero también habla del futuro, de aquello que está por venir. ¿Qué pasará dentro de unos años cuando la realidad virtual sea tan inmersiva que ya no tengas necesidad de volver a tu vida cotidiana?”, se pregunta Gordillo. A partir de la obra, el director aborda la digitalización de la sociedad y cómo afecta a nuestra identidad.
Gordillo y Grau están redescubriendo el mundo de las artes escénicas y, como consecuencia, se les están abriendo puertas en otros espacios más allá del teatro, algunos incluso relacionados con la tecnología. “Estamos muy contentos con el momento del proyecto, muy optimistas con lo que estamos creando”, asegura el director. Ahora bien, considera que el reto más importante que tienen las artes escénicas es atraer nuevas audiencias, aquellas que no suelen ir al teatro. Por eso les interesa, como defiende la compañía, crear dramaturgias que puedan vincularse con las nuevas sensibilidades contemporáneas e intentar así conectar con las inquietudes del público actual, un público que cada vez más interactúa con el arte a través de la tecnología.
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