La Sala Fènix será el primer espacio de la ciudad en acojer una de las 22 performances de larga duración que han ideado Maria Stoyanova i Karel Mena.
¿Porqué Chéjov, ahora?
Sus textos tienen mucha vigencia, y yo tengo la madurez necesitas para entender su obra.
¿La edad importa para entender su teatro?
Sí, absolutamente. Jordi Mesalles (director de teatro, 1953-2005) decía: “Cuando era joven, Chéjov me aburría. Con 30 comencé a leerlo, y de mayor lo entendí”.
¿Cuál ha sido el proceso de trabajo?
Paisajes de Txèhov surge del deseo de investigar sobre la obra del autor. Sumamos la frescura de la performance y la profundidad del teatro con la intimidad de la obra de Chéjov. El resultado es muy interesante.
¿Qué habéis encontrado, revisándolo en profundidad?
Karel Mena: El sentido del humor del autor. Las Tres Hermanas, por ejemplo, están llenas de chispa, hay muchos gags.
Maria Stoyanova: Eso es verdad. Siempre se plantea Txéhov de manera densa, parece que cuando sales del teatro tengas que estar deprimido. A mi me gustaría ver un Chéjov y salir del teatro con ganas de vivir. Nosotras hacemos una lectura optimista de sus textos.
(Fotografias: Xavier Bassiana)
¿Qué se encontrará aquél que os venga a ver?
Convertiremos la galeria de la entrada en una especie de purgatorio, para llevar al espectador a un estado en el que se pueda relacionar con el espacio, el cuerpo y el tiempo, que son los tres pilares de la performance. Luego el público llegará a la acción y podrá participar o no, es como una exposición.
¿Hacéis participar al espectador?
Cuando el público entra a la sala se le da un papel con unas reglas que le guiarán sobre lo que va a ver, y le indican cómo puede interactuar con él. Puede seguirlas y ser parte activa, o puede decidir quedarse al margen y contemplar.
¿Cada performace se basa en una obra del autor?
No, las hemos agrupado por sus temáticas recurrentes: el sentido de la vida, el amor, los sueños que proyectamos, las huellas que dejamos a nuestro alrededor, la pasión por el trabajo…
¿Y qué ocurre?
Siempre hay acciones simples y concretas, que profundzan sobre una de las temáticas escogidas. Hay monólogos, movimientos, interacciones… Pero todo dependerá de la interacción que tenga con el público. Una performance siempre es diferente, única e irrepetible. Mi misión es no abandonar, estar muy conectada todo el rato y esperar a ver qué pasa. Para empezar, no sabemos ni cuánta gente vendrá…
¿Cómo concibes el espacio escénico?
Trabajo con el cuerpo desnudo y un elemento para explorar e interaccionar. Trabajo con un concepto integral que se aplica a la parte formal, pero tengo una norma: menos es más. Siempre.
¿Qué necesitas para poder hacer performances de larga duración?
Estar muy entrenada y respirar, actuar viviendo al máximo cada acción y no pensar en su consecuencia directa. Y olvidar el miedo al fracaso. Aunque lo más importante es respirar… Cuando haces una performance estás en estado de meditación, necesitas ser consiente de que respiras para no desconectarte.
“Paisajes de Chéjov” se representará en 4 espacios de creación diferentes. ¿Cómo ha sido ésta colaboración?
Fantástica, todo ha sido muy fácil. Éste no es un proyecto que da dinero, y afortunadamente aún hay salas que apuestan por proyectos artísticos que no sean solo comerciales.