Sol Picó llega por partida doble en el Mercado de las Flores con We Women, del 26 al 29 de octubre, y Dancing with frogs, del 2 al 5 de noviembre.
Alrededor de la condición actual de la mujer, desde polvo fuerza opuestos, como si fueran dos aguijones de intensidad variable, llega al mercado de las flores los próximos días las dos producciones más recientes de Sol Picó. We Women es la primera pieza, interpretada sólo por mujeres y estrenada en el Festival Grec 2016. Una creación coreográfica a cuatro y marcadamente internacional: Julie Dossavi, Minako Seki, Shantala Shivalingappa y Sol Picó. Esta es la principal característica de esta obra: una pluralidad de voces, y por tanto de situaciones desde las que se percibe con claridad dos constantes: la intensa lucha por el respeto, la consideración y la posición igualitaria a las diversas sociedades de las que son representantes; y la voluntad insobornable de lograrlo desde aquellas tradiciones, estilos de vida y filosofías. La música en directo corre a cargo de Adele Madau, Lina León y Marta Robles. Y el resultado final es un pinchazo grave, impregnada de razón, incisiva y persistente porque es hecha de memoria de tantas mujeres como ahora y antes proclaman sin embudo sus derechos.
Consciente de que hablar de este tema es apelar directamente a la condición dominante, era del todo lógico, conociendo la inquietud y enérgica trayectoria de Sol Picó, que se preguntara por el otro actor fundamental en esta historia. Siete intérpretes masculinos: Antoni Comas, Daniel Corrales, Elías Torrecillas, Guillermo Weickert, Junyi Sun, Pere Jou y Valentí Rocamora. La obra, estrenada hace pocos días en Temporada Alta, lleva por nombre Dancing with frogs. Es sorprendente el título, ¿verdad? Ellas se reivindicaban con un «nosotros, mujeres». Y en cambio esta segunda parte del trabajo, aunque estrictamente no sigue el relato de la anterior ni el mismo planteamiento escenográfico ni coreográfico, dice que «bailan ranas». Y es que, sabíais que algunos de estos anfibios son capaces de cambiar de sexo?
Se anuncia esta mirada sobre la masculinidad como un planteamiento tragicómico y ácido.Una punzada en la piel sensible. No podía ser de otra manera, porque si algo ha puesto en cuestión el feminismo, más allá de la reivindicación de igualdad, es el absurdo de la posición a la que siglos de testosterona histórica, social, militar, organizativa, normativa, familiar, etc … se ha sometido (también) y sin miramientos los machos de la comunidad: un ideario de fortaleza, resistencia, imposición y gravedad bajo el cual no han podido desarrollar todo aquello que nos hace auténticamente humanos: las emociones. La otra víctima de la sociedad machista y heteropatriarcal, la menos visible y aterrada: la de un hombre descubriéndose parte de un plan perverso de violencia estructural.
Texto: Jordi Sora