«Necesitamos poner el pensamiento en el centro del discurso público». Con esta frase Juan Carlos Martel Bayod, director del Teatre Lliure, ha resumido el objetivo último de Massimo Furlan y Claire de Ribaupierre a la hora de crear y llevar a escena el espectáculo Concours européen de la chanson philosophique, un peculiar festival de Eurovisión en que, además de música, se deja espacio para la reflexión filosófica.
Aquello que diferencia esta propuesta escénica del festival que vemos por televisión es que la letra de las once canciones que se presentan ha sido escrita por once filósofos europeos de hasta diez países diferentes: Jean Paul Van Bendegem (Bélgica, región Flamenca), Vinciane Despret (Bélgica, región Valona), Philippe Artières (Francia), Santiago Alba Rico (España), Michela Marzano (Italia), Kristupas Sabolius (Lituania), Ande Somby (Noruega), Mladen Dolar (Eslovenia), Mondher Kilani (Suiza), José Bragança de Miranda (Portugal).
El espectáculo, que se podrá ver en Montjuic el 6 y 7 de febrero, cuenta también con la presencia de la actriz Sílvia Abril que, junto con Furlan, harán de maestras de ceremonia de esta particular gala en Barcelona. «Si no pensamos, esta sociedad está muerta, y si puedo aportar mi grano de arena para acercar el pensamiento a la gente, me doy por satisfecha», ha explicado Abril después de subrayar con ilusión que es la primera vez que actúa al Teatre Lliure.
También local es el jurado encargado de votar y decidir cuál es la mejor canción del festival; está formado por personalidades de diferentes ámbitos como son Antonio Baños, Dolors Bramon, David Bueno y Marina Garcés (6 de febrero) y Íngrid Guardiola, Albert Lladó, Dolors Miquel y Belio Olid (7 de febrero).
Concours européen de la chanson philosophique es un acto teatral rebelde que busca contrarrestar con humor el desprecio de los discursos populistas y la desaparición de la reflexión de la esfera pública en favor del entretenimiento. «Aquello que es popular nos reúne, mientras que aquello populista nos separa», ha dicho Furlan para explicar por qué han elegido un formato televisivo como el de Eurovisión para su propuesta.
Las canciones abordan temas «propios del mundo contemporáneo», ha explicado De Ribaupierre, «como la migración, la violencia, la exclusión, el feminismo, la ecología o la vulnerabilidad». La canción escrita por el filósofo español, Romance del ser o no ser, se centra en la histórica cuestión identitaria y lo hace a través de un texto muy poético inspirado en Luis de Góngora.
Dos intérpretes cantarán el repertorio de canciones en hasta siete lenguas y con música en directo. Según Furlan, «la producción musical se ha cuidado mucho y se ha tenido en cuenta la tradición musical de cada país participante». Estudiantes de la Escuela Superior de Música de Lausana han ayudado a componer las músicas.