Mónica Bofill dirige Barbes de balena en el Maldà, una pieza con dramaturgia de Anna Maria Ricart que recuerda la figura de la doctora Dolors Aleu, la primera mujer licenciada en medicina. Con un equipo formado íntegramente por mujeres, la obra hace tiempo un recorrido por la memoria de las abuelas y bisabuelas y una reflexión de los corsés que aún oprimen a la mujer de hoy.
Dolors Aleu Riera (1857-1913) fuiste la primera mujer licenciada en medicina en el Estado, y también la primera en ejercer. Era la tatarabuela de la actriz Nuria Cuyàs, que ahora se pone en su piel en el escenario acompañada por un equipo de mujeres: Mónica Bofill la dirección, Anna Maria Ricart a la dramaturgia y Laura López, Ana Romero y Ariadna Cabrio como intérpretes. En la familia, sin embargo, no siempre fue una figura reconocida. «Se empezó a hablar tarde», recuerda la actriz.El abuelo tenía una fotografía grande en blanco y negro colgada en la pared, pero no fue hasta que se le dedicó una plaza en el Raval, que no hubo plena conciencia del papel de esta mujer de la familia. Más tarde, también se le ha reconocido en el Parque Científico de Barcelona o por parte del Colegio de Médicos.
La doctora Aleu se especializó en ginecología y fue una firme defensora de la educación de las mujeres, no sólo para sí mismas, sino también «para la consecución de una sociedad mejor».No lo tuvo nada fácil. «Tuvo la suerte de que su padre, concejal del Ayuntamiento, le dio apoyo. Eso sí, le puso dos escuchas para que lo acompañaran a la universidad «. Pero su caso levantó numerosas voces -incluso cartas a los diarios- contrarias a la presencia de las mujeres en las universidades, y sobre todo contra su ejercicio de la medicina. De hecho, de las tres primeras mujeres que licenciarse, sólo ella terminó abriendo consulta.
«Estoy muy orgullosa y es todo un estímulo para las mujeres de la familia -explica Cuyàs-. Fue una mujer muy valiente que luchó por lo que creía. Pero murió con 54 años, de pena, después de que le muriera el hijo y no pudiera hacer nada para curarlo y esto hizo que el pensamiento de mi bisabuelo, durante muchos años, fuera el que le llegó de su padre : que habría sido mucho mejor que en lugar de ejercer, se dedicas a la familia «. Tras la muerte del hijo, de hecho, el tatarabuelo de Nuria quemó todos los papeles de su mujer y abrió el paréntesis de silencio que ha mantenido hasta hace pocos años.
CONTRA LAS CORSÉS
Aleu cargó duramente contra el uso de los corsés. Una pieza que, en aquella época, se veían obligadas a llevar muchas mujeres. Según los documentos de la época, argumentaba que el corsé comprime el abdomen y el estómago e impide que la sangre llegue al cerebro.
Es esta lucha contra los corsés, hechas por barbas de ballena, que no sólo da título al espectáculo, sino también el hilo conductor. «Hablamos de la doctora Aleu, pero también de todas nuestras abuelas y bisabuelas. Hemos intentado rescatar su memoria «, explica Mónica Bofill. Y ello, las ha llevado a hacerse varias preguntas. «Han cambiado tantas cosas desde entonces? Nosotros llevamos corsés? Quizás en nuestro caso son invisibles, pero no nos damos cuenta que las tenemos asumidas «, reflexiona Anna Maria Ricart. «Sólo hay que hacer un vistazo a los cánones de belleza -añade la actriz Laura López-. O como todavía hoy se mantienen los estereotipos que asocian a la mujer a la debilidad y la fragilidad «.
Una reivindicación «con mucho humor», música en directo y danza que integra las especialidades de cada intérprete en los diferentes papeles que van construyendo el espectáculo.