«Ser o no ser». O mejor dicho: «¿Cómo estar en un mundo donde no se me toma consideración por el hecho de tener síndrome de Down?». Esta es la pregunta que se plantean Chela de Ferrari y Jaime Cruz, directora y actor, en la versión de Hamlet estrenada en el marc del Grec 2022, i que ara recuperan en el Teatre Nacional de Catalunya. Una versión interpretada por personas con síndrome de Down en las que, a partir del texto original, explican experiencias personales y reflexionan sobre sus sueños y frustraciones; o el sentido de su existencia en un mundo en el que manda la eficiencia, la productividad y unos modelos imposibles de belleza.
«Está muy bien que el Grec quiera incluir las artes escénicas inclusivas. Sin embargo, debería verse más. Pocas veces se ven obras así, tanto en el Grec como en otros festivales y teatros. También debería abrirse una poco el abanico, porque que seamos personas con discapacidad intelectual no significa que tengamos ninguna dificultad para estar en este mundo, deberíamos poder estar en estos círculos y poder ser directoras, guionistas… Estar más presentes en estos ámbitos sociales y culturales «, explica Beatriz Ruiz, que tiene síndrome de Down y forma parte de la Fundación Catalana Síndrome de Down (FCSD). Para la fundación, siempre es motivo de celebración que el colectivo tenga un espacio en el mundo artístico, así como en el resto de ámbitos, aunque todavía queda mucho por hacer.
Quim Martí, actor del grupo de teatro de la FCSD, considera una gran oportunidad, tanto para las actrices como para el público, que el Grec acoja una obra de estas características: «Es muy beneficioso para todos. Con este espectáculo de Hamlet, estos actores y actrices con síndrome de Down pueden disfrutar actuando y, además, puede ayudarles a sacar adelante grandes proyectos». Además, asegura: «Para nosotros, actuar es un gran reto: hacer teatro, salir adelante e ir más allá. Es una forma de expresarnos con el cuerpo y hacer llegar al público que nosotros también podemos ser actores y actrices».
El actor recuerda con orgullo a su compañera Odile Fernández, ya que hace un tiempo se incorporó como actriz a la obra Amy (& the orphans) y eso significó una gran alegría para la fundación y, sobre todo, para todas las integrantes del taller de teatro. Para ellas es importante que el trabajo de la fundación trascienda y trabajen para que el caso de Odile Fernández sea el primero de muchos. Lo mismo se espera de esta versión de Hamlet, que viene directa desde Perú hasta Barcelona para abrir camino a obras nuevas y convertir, cada año un poco más, las noches de verano del Grec en noches más inclusivas.
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