SALA FLYHARD

Ser adulto y vivir con los padres: ¿quién nos enseña?

'Loop', la nueva obra de Ramon Madaula, explora la dificultad de comunicación y convivencia entre padres e hijos adultos

Acabas de cumplir veintisiete años. Llevamos seis trabajando a jornada completa, con trabajos que te duran entre un año y medio y dos años y que siempre acabas dejando por ofertas “un poco mejores”. No nos engañemos: pese a ser mejor, ninguno supera los 1.300 euros al mes. De los veintiuno a los veinticinco años compartiste piso con tus amigos, que ahora se han ido a vivir con sus parejas, lo que te ha obligado a volver a casa tus padres porque, evidentemente, con un sueldo como el que tienes no puedes pagarte un alquiler y, a la edad que tienes, ya no te apetece compartir. Volver a casa los padres puede estar bien en ciertos momentos: te permite ahorrar, las tareas de la casa quedan mucho más repartidas, siempre suele haber comida buena en la nevera y siempre, siempre, siempre (incluso cuando no quieres) tienes compañía.

Más de una vez has pensado si, quizás, irte muy lejos durante una temporada es lo mejor, por eso de los “y si” que nos presionan en tantas ocasiones cuando nos acercamos a la treintena. Cuando te decides a dar el paso, tus padres te cosen con todo de preguntas: «¿Quieres decir?», «¿Y qué harás, tan lejos?», «¿Ya te lo has pensado bien?», «¿Y de qué vivirás?» Cada pregunta es cuchillo afilado que te pincha y se te clava en diferentes partes del cuerpo. Cada pregunta es un tirón que hace tambalear la cuerda floja por donde caminas y que, en cualquier momento, puede hacerte caer. “TENGO VEINTISIETE AÑOS, ¿POR QUÉ NO ME DEJAR EN PAZ CON MI P*** VIDA?”, te gustaría llamarles, pero tendrán que darte algunos tiros más antes de que te atrevas a hacerlo.

Ésta es una situación de mierda y, sin embargo, ¿cuántos de nosotros no la hemos vivido de más o menos cerca? Si bien hace sólo veinte, treinta o cuarenta años era muy raro vivir en casa los padres pasados ​​los veinticinco, ahora es una escena habitual fruto de una crisis económica y de la vivienda que sacude a toda la sociedad. Especialmente la juventud, sí, pero: ¿cómo gestionan, los padres, el hecho de tener que vivir con sus hijos ya adultos y, por tanto, indomables? ¿Cómo gestionan los padres que el futuro que habían pensado y soñado para sus hijos se vea cada vez más difuso e inaccesible? ¿Cómo gestionan los padres la frustración de no poder decir a los hijos lo que deben hacer? De limitarse a dar el consejo, a acompañar lo mejor posible, ¿por qué aunque no estén de acuerdo con sus hijos, ellos tienen todo el derecho a hacer lo que quieran?

Ramon Madaula, padre de tres hijas ya mayores, ha vivido esta situación de cerca. «Siempre te dicen que la época de la adolescencia es la peor, pero nadie te advierte que, si los hijos viven en casa cuando ya son adultos, es una etapa realmente difícil. ¿Qué debes decirle, a una persona de veintitantos años?». Fruto de esta dificultad de convivencia y comunicación Madaula ha creado Loop, un espectáculo muy alejado de la autoficción, pero que sí bebe de cierta experiencia personal. Es un texto que cabalga entre la comedia y el drama que interpreta él mismo junto a Júlia Genís bajo la dirección de Mònica Bofill. Una obra que logra retratar con precisión y sin juicios morales el contexto actual, que hará estremecer y darse cuenta de que, al mismo tiempo, padres e hijos podemos cometer los mismos errores y, sobre todo, que nadie nos ha enseñado a convivir juntos cuando ya somos adultos.

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Escrito por

Graduada en Comunicación e Industrias Culturales por la Universidad de Barcelona y master en Medios, Comunicación y Cultura por la Universidad Autónoma de Barcelona Actualmente se redactora de cultura de Vilaweb.

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