En 2006 nació La Ira Teatro, una asociación formada por tres arquitectos con intereses artísticos y un actor, con la intención de llevar a cabo un proyecto cultural y vanguardista. En 2012, con el aumento del grupo de personas iniciales, comienzan a adecuar un pequeño local que había sido la sede de la Unió Sindical Obrera de Catalunya, situada en la calle de la Riereta 31 de Barcelona.
Éste fue el embrión del que unos meses más tarde, en marzo del 2013, se convirtió en la actual Sala Fénix, un teatrillo de 50 localidades situado en el corazón del Raval. Su nombre hacía referencia a las aves mitológicas que resurgen de sus cenizas y su funció fué, y és, transformar de la sociedad a través de las artes escénicas: «Creemos en ese poder transformador y, por eso, tiene todo el sentido que estemos en el Raval, un barrio lleno de pluralidades y diversidades donde estas transformaciones pueden ser muy útiles», explican los responsables de la sala.
El pequeño teatro se inauguró con El despliegue de la Fénix, que era una exposición que documentaba gráficamente todo el proceso de creación de la sala. Sin embargo, su primera obra se programó al día siguiente y fue L’utima notte del capitano, un monólogo con uno de los personajes de la Commedia del Arte. El espectáculo estaba interpretado por el actor, dramaturgo y director Felipe Cabezas, que junto con la arquitecta y productora Isabella Pintani han sido durante estos 10 años las caras visibles y almas gestoras de este proyecto. «Nuestra historia pasaría por infinitas aventuras, desde noches mágicas con sala llena a rebosar, o noches oscuras, bajando la persiana sin público», explican los gestores mientras recuerdan anécdotas y momentos inolvidables, buenos y malos, como el día que se va producir una manifestación fascista en la puerta de la sala y se reunieron vecinos y vecinas para defenderlos, el día en que una actriz se rompió la nariz en medio de la obra, el día que a un actor se le quedó el móvil encendido al camerino y le llamaron durante toda la función o la historia de una pareja que se conocieron en la Fénix, se enamoraron, y ahora van a vivir juntos.
Durante todo este tiempo su programación se ha basado en propuestas de alto valor cultural que se combinan en la programación principal, con textos comprometidos con la reflexión y el pensamiento crítico, y la programación familiar, centrada sobre todo en títeres, teatro de objetos y clowns. Pero la apuesta de la Fénix ha ido más allá y durante esta primera década se ha posicionado también como productora y como un espacio de referencia por el teatro adolescente con Teen Friday, una iniciativa que reúne un viernes al mes a jóvenes entre 14 y 18 años, para que se familiaricen con el mundo del teatro a través de pequeños talleres, asistencia a espectáculos o ensayos abiertos. La Sala Fénix también es productora y ha creado cerca de una quincena de espectáculos entre los que destacan Mary Frankenstein Shelley, Bruto, Bitácora, Houdini, El bufón del rey o, recientemente, Dopaland, que se puede ver actualmente en cartel.
Recorrido visual por los 10 años de la Fénix
Para celebrar la efeméride la sala aprovechará su propio espacio expositivo para mostrar un recorrido visual por esta década de historia. La muestra se podrá ver del 1 de marzo al 9 de abril de 2023, de miércoles a domingo de 18:30 a 20h. El día 13 de marzo hará una celebración a partir de las 20h con entrada gratuita para todos.
