Víctor Parrado es un monologuista atípico. Nacido en el barrio del Congreso de Barcelona, la comedia era su vocación natural, pero empezó a dedicarse tarde, después de una lesión que le confinó durante semanas en una sala de rehabilitación donde, para pasar el rato. , entretenía a sus compañeros explicándoles chistes e historias. En poco tiempo pasó de un pequeño escenario del Clot a actuar en el Teatre del Raval y de allí en el Club Capitol, el añorado templo del humor barcelonés. No entiende el humor como una herramienta evasiva, con el objetivo único de hacer reír, sino que también impregna al público de su visión positiva y optimista de la vida.
Esta temporada Parrado continúa en el Teatro Goya con Buenrollistas, un espectáculo en el que propone al público un espacio seguro para hablar de la vida desde una perspectiva positiva. “Queremos que la gente salga mejor de cómo ha entrado y esto se consigue creando un clima de confort y tranquilidad donde el público se siente como en casa, esto es esencial para el espectáculo”, dice el cómic: “Hagamos reír, pero también aportamos un punto reflexivo y de crítica social constructiva que hacemos interactuando con el público que se va a casa con una buena dosis de energía positiva”.
Su perfil de cómic, showman y formador en empresas de prestigio le ayudarán a enfocar desde el humor su día a día con buena vibra. “Desde el humor, la gente conecta mejor con un discurso, porque nadie quiere que le digan cómo tiene que vivir… pero si te hacen reír, escuchas más”, explica Parrado: “Dónde veo que a menudo sufrimos el gran mal de la queja, sólo señalamos los problemas y lo hacemos en negativo”. «El humor y la felicidad van juntos y son esenciales para nuestro bienestar emocional», y añade: «Todos llevamos un cómic dentro, una criatura interior que está esperando salir a divertirse con la vida».
«El humor es totalmente terapéutico»
“El humor es totalmente terapéutico”, comenta el humorista: “El humor debería recetarse, es esencial porque ayuda a relativizar el día a día, ayuda a cambiar el prisma que tenemos sobre lo que nos pasa y, por tanto, cuando uno es capaz de hacerlo, los problemas también se redimensionan”. El lema de Parrado es una gran frase de Charles Chaplin: «Un día sin reír, es un día perdido». “Tenemos que reírnos más y no como obligación, sino como posibilidad para que un día note despiertas con 90 años y te des cuenta de que has disfrutado poco de la vida: reír de un mismo sanamiento, contigo mismo, con tus amigos, de tus amigos… es maravilloso”.
Vaya al teatro y descubra su mejor versión para ser un poco más felices.
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