Música, teatro, humor y emoción: el actor y creador Rafa Sánchez, de la compañía Factoría Los Sánchez, ha preparado un cóctel para hacer revivir lo que está considerado como uno de los autores hispánicos más innovadores de su momento, el argentino Julio Cortázar. La sala del Almazen -a la que Sánchez agradece el «gran trabajo que están haciendo en el corazón del Raval»-, se llena de cronopios, famas y magas para albergar un espectáculo en formato Cabaret, con música de Juanjo Villarroya, que transita en la frontera del tiempo, de lo que es real y lo que es fantástico, así como lo hacía (y lo hace) la obra del autor. Hemos hablado con el creador de la pieza para que nos desvele más detalles.
¿De dónde surgió la idea de hacer este espectáculo?
La idea del espectáculo surgió, tal como explicamos en escena, porque desde muy joven los libros de Cortázar han estado presentes en mi vida; empezando por los cuentos tiene terror que mi hermano mayor nos leía por la noche, tanto de Cortázar como de E. A. Poe en la traducción del mismo Cortázar. Después vino Rayuela y, a lo largo de los años, fui acumulando historias en mi cabeza, libros, discos e incluso algunos textos de Historias de Cronopios y famas que ya había teatralizado.
¿Y cómo ha sido el proceso de creación?
Eran casi treinta años juntos y, ahora que trabajaba con el compositor y músico Juanjo Villarroya, era el momento de darle forma a todo el material que tenía (cartas, tangos, objetos…). Le hemos dado forma de Cabaret, un estilo donde puede pasar de todo. Si a esto le sumamos, en el equipo de trabajo,
la imaginación desbordante de nuestra escenógrafa Anna Fonollosa, el mundo fantástico de Cortázar podía hacerse realidad en el escenario.
Así, hemos planteado el espectáculo desde ese momento inicial: cartas, objetos, libros, discos… Todo es en el escenario y cada descubrimiento -la lectura de una carta, abrir un libro, desempaquetar un objeto- se convierte en una historia que puede ser tanto gestual, como oral o simplemente musical. Este ha sido el hilo conductor del proceso de creación.
¿Cómo se ha recopilado todo este material? ¿Podrías poner algún ejemplo de disco, libro o de algún fragmento de texto que te interese especialmente?
El material se ha recopilado a partir de los libros (los textos que daban juego para poder dramatizar), y las entrevistas, sobre todo la más famosa y mítica, la que hizo Soler Serrano en el programa A fondo. La verdad es que como el mundo de Julio Cortázar es inagotable hemos tenido que acotar el material … Es infinito!
Uno de los textos importantes para plantear el espectáculo es el de un disco de relatos narrados por el mismo Julio y que comienza así:
“Este disco podrá parecer una tanto insólito, por la mezcla de texto que voy a leer, pero personalmente siempre me ha parecido que todo debe ser un poco insólito en este mundo, porque lo contrario de lo insólito es lo común, es decir, una lata. Por ejemplo, creo que no voy a leer cuentos, el cuento hablado se vuelve fatigoso, uno se distrae, sale a la ventana para ver si llueve, o se pone a hablar con los amigos, a mi por lo menos me pasa cuando oigo los discos de otros escritores, y, aunque se que está muy mal, no quiero contribuir con este disco mío a la fabricación en serie de bostezos”
Esta es la clave para escoger la versión cabaret: ¡tampoco queremos la fabricación en serie de bostezos!
El hallazgo de cada pieza del material es pues el hilo conductor de la obra. ¿Y cuál será tu papel, serás un narrador, un personaje…?
Yo voy descubriendo cartas, objetos e interpreto un personaje que comparte todos estos descubrimientos con el público, en forma de lecturas, de canciones…
Entonces, la obra cuenta con diferentes números, como un cabaret?
Sí, muy sutilmente, una carta, un objeto nos lleva de una acción a otra, a una canción ya algunos momentos muy divertidos. No es un cabaret en el sentido más clásico, si no en su espíritu abierto, donde podemos pasar muchas cosas a la vez.
¿Nos podrías explicar algo más sobre la escenografía? ¿Y sobre la música?
La escenografía que ha planteado Anna Fonollosa sale de la idea inicial de un espacio donde se acumulan libros, cartas, objetos como cuando haces un traslado de casa y tienes que volver a desempaquetar y ordena todo, un salón de casa en medio de un traslado. Después algunos objetos tienen una entidad propia muy importante, hay objetos casi mágicos!
La música es una delicia que ha compuesto Juanjo Villarroya para el piano, con composiciones muy intimistas hasta momentos musicales muy divertidos que permiten llevarte poco a poco a cada emoción que genera el espectáculo.
Y para terminar, ¿qué tiene de especial la figura y la obra de Cortázar? Qué es lo que te ha hecho acumular estas historias a lo largo del tiempo?
Cortázar me acompaña desde los 12 años, cuando mi hermano nos leía relatos de miedo en la cama. Después llegó Rayuela y sobre todo Historias de Cronopios y famas. Ha sido su forma de mirar la realidad, de hacer de lo cotidiano algo mágico.
El autor tiene varias facetas, entre el escritor, el poeta, el traductor de Poe, el social, el irónico… ¿Cuáles de los diferentes Cortázars veremos a la obra?
Veremos todo el Cortázar que mira la realidad de forma mágica, como forma de vivir. No era una pose, no era un recurso estilístico, es decir, no sólo a los relatos fantásticos, sino a sus cartas, en las entrevistas… Siempre era genial, irónico, con una mirada de niño sobre todas las cosas.
Encontraréis toda la información sobre fechas y funciones en la ficha del espectáculo:
Texto: Neus Riba
