La compañía Menú Teatral presenta Alicia, un espectáculo fiel a los textos de Lewis Carroll con dramaturgia de Pablo Ley a partir de Alicia en el país de las maravillas y Alicia a través del espejo.
Fiel a los textos de Carroll, pero con la particular visión de Pablo Ley y la compañía Menú Teatral. Así es Alicia que se puede ver en la Sala Atrium hasta el 31 de marzo. Concebida como un paseo por el cerebro de la protagonista, David Maqueda, director de la obra, asegura que han intentado trasladar la transgresión de los libros al lenguaje escénico.
«Hemos construido el personaje de Alicia de modo que puede ser cualquiera de los que salen a escena, sea hombre o mujer. La entendemos de forma líquida, sin una forma determinada, de modo que sea cada espectador el que elija con qué Alicia se queda«, sigue el director.
Sin embargo, los espectadores reconocerán los personajes y la historia. «Hay sale el conejo, la reina roja y negra… Hemos sido más fieles que la película de Disney, porque hemos respetado el orden de las novelas».
Aida Bellet, Boris Cartas, Alba Duñó, Eleazar Masdeu, Nuria Montes y el músico Jorge de la Vera, que toca el teclado en directo, son los encargados de hacer viajar a los espectadores a través de la magia de un espectáculo que quiere potenciar la parte más creativa y soñadora, «la que vamos abandonando cada vez más cuando nos hacemos mayores».
«Alicia es, para nosotros, un viaje a través de todas las preguntas que cualquier persona puede tener sobre su identidad o sobre su lugar en el mundo. Es por ello que tanto la dramaturgia como el espacio son claves para transportar al espectador al mundo de los sueños «, explica la compañía. El espacio potencia este mundo «onírico y absurdo» con objetos que ayudan a modificar constantemente, mientras que la música acaba convirtiéndose en motor de la acción, un diálogo constante con el conflicto y el juego.
Si en su primer espectáculo, La pista -estrenado también en la Sala Àtrium-, había una clara reivindicación política y social, aquí la compañía quiere reivindicar la imaginación, el juego y el mundo interior. «Queremos que el público entre en una habitación donde todo es posible».