El perfil de Marc Martínez: Creatividad, hiperactividad y teatro bueno y barato

Marc Martínez está en un momento profesional dulce. Tras dirigir con éxito el monólogo Conillet, que el mes de julio volverá al Teatre Romea, ha protagonizado la serie ‘Nit i dia’ de TV3, que ha conseguido renovar el lenguaje de las series catalanas. Marc Torrecillas ha hablado un buen rato con él para conocer quién hay detrás de este actor y director hiperactivo y curioso.

Espero Marc Martínez en la terraza de la UN Café, en el Paseo Sant Joan de Barcelona, a primera hora de la tarde. Hace un sol espectacular y lo veo llegar con barba, gorra y gafas de sol. Charlamos un poco fuera, pero hace viento y como está un poco resfriado nos ponemos a cubierto. Antes de entrar en materia me doy cuenta que no tiene ningún problema a la hora de hablar de casi todo y que, además, es muy observador. En dos minutos creo que me ha calado. En poco más pienso que si estuviera hablando con el psicópata Marc Ramos, tendría un problema muy serio.

‘NIT I DIA’

Le felicito por el éxito de ‘Nit i dia’, la serie que está haciendo furor en TV3, y por su personaje. «Partimos de un guión muy bueno. Arcarazo y Galceran la tocan.» Aparte de ellos dos, que son los creadores de la serie, está co-guionada por Oriol Paulo y Jordi Casanovas, y dirigida por Oriol Paulo y en Manuel Huerga. «Tienen dos maneras muy diferentes de dirigir. Uno ya tiene mucha experiencia y el otro un gran futuro. Huerga es muy claro en el concepto, la estética, la narrativa, la arquitectura global… Paulo trabaja desde el interior y deja probar. Pero de una manera o de otra habitualmente el actor termina haciendo lo que quiere el director». En cuanto a dirección de actores han contado con la colaboración de Manuel Dueso, sobre todo al principio. Y hablando de eso habla maravillas de Ken Loach, el director de cine inglés, con el que hace años trabajó en ‘Tierra y libertad’, una de las películas de las que se siente más orgulloso.

UN ACTOR VACACIONAL

Marc ha trabajado tanto en cine, teatro como televisión, y explica que no tiene grandes títulos de teatro pero sí mucha experiencia, y no tanto por haber trabajado mucho como por su trayectoria. Comenzó en su barrio, el Raval de Barcelona, donde explica que sus inquietudes por el arte y la creatividad, y un entorno duro lleno de «movidas, trampas e inestabilidad» lo llevaron a expresarse a través de la música , la danza, las artes plásticas y el teatro. Y lo fue una manera de salir del barrio. Y también, y de forma natural, hizo su modus vivendi. «No soy un actor vocacional, sino un actor vacacional. No he sentido la llamada del escenario, del teatro… Lo hago porque me gusta mucho y disfruto. Y si no disfruto, no lo hago, o no repito. No me he casado con nadie, con ningún teatro. «Nos ponemos a charlar sobre la gente joven que empuja, sobre estudios, cómo ve el oficio y nuevas maneras de promocionarse en esta época extraña. Le pregunto cómo ve que actualmente los actores que viven exclusivamente de la interpretación sean minoría. «¿Pero qué significa ser actor? Tener un título? Salir en la tele? Yo ahora hago de actor. «Y explica que uno puede hacer muchas cosas en la vida, puede hacer de camarero, de mecánico, de cocinero. «Ser, hacer, tener. Ser una cosa, hacer de una cosa o tener estudios de algo «. No es lo mismo. Parece ‘Barrio Sésamo’ pero es muy ilustrativo. Le gusta transmitir lo que sabe y le pregunto por esta faceta. «Mi vocación, si tengo alguna, es la de maestro. De pequeño invitaba a los compañeros de clase en mi casa y los daba clases particulares. Socialización. Yo te enseño a hacer esto que sé hacer y tú me enseñas lo que sabes hacer tú. »

LA CURIOSIDAD COMO MOTOR

En la calle de repente parece que se haya hecho de noche y empieza a llover rabiosamente. Mientras tanto, Marc confiesa qué es lo que más le gusta hacer. «Dedico buena parte del día a escribir. A ver, no he escrito ninguna novela, pero tengo más de doscientas canciones. Y cada día escribo, aunque sea con tuits, o en Facebook. Cada día desde hace cinco años opino. Me siento más cercano a la poesía, el ensayo, o en el periodismo y la política, que en la ficción. Mi vida, con los guiones, ya está rodeada de ficción. Lo que me gustaría es publicar. «Marc se autodefine como una persona un poco» vaguedad», pero a la vez trabajador y disciplinado. Y añade algo que intuyo: «Soy impulsivo.» También confiesa que es un poco disperso: «Soy hiperactivo. Si hubiera nacido en 2000, ahora me harían tomar cada día una pastillita, para apaciguar un poco. «Hace muchas cosas, ha tocado todos los instrumentos de la banda (concretamente set), pero ninguno demasiado en serio, dice. Nos cuenta que su madre, que es su fan número uno, siempre le decía «Aprendiz de mucho, oficial de nada.» No sabe lo que es hacer la siesta y se levanta bien temprano. «Yo soy un motor. Y la gasolina de mi vida es la curiosidad. Me levanto porque tengo curiosidad: para ver cómo crece mi hija, que hace mi hijo, que está estudiando mi pareja … En el fondo he planificado más mi vida que mi carrera.»

AÑO DE MONÓLOGOS

Durante toda nuestra conversación Marc hace muchos símiles gastronómicos y, incluso, me cuenta lo que ha cocinado hoy con cuatro trastos que ha encontrado en la nevera. «Me pone muy cachondo la creatividad». Ahora está de «bolos» con Conilllet, un monólogo muy potente donde ha dirigido a Clara Segura, y está muy contento. En julio, volverán a hacer temporada en el Teatro Romea. «Es un año de monólogos. Será cosa de la crisis. ¿Has visto Ragazzo con Oriol Pla? Brutal! «Hablamos de las dificultades del acceso de la gente al teatro, reivindica el teatro popular, bueno y barato, en las plazas de los pueblos. «La cultura NO es un lujo.» Por último apunta que está preparando un monólogo: Mal Martínez, con él mismo en el escenario. Un «tipo» aguerrido, Marc, y con opinión de todo. Ya tengo ganas de verlo. He notado que se le clavaban muchas miradas, dentro del bar. Me pregunto qué Marco deben ver. Acabamos, ha dejado de llover y se ha vuelto a hacer de día.