Pep Bou, en 'Bombollavà' - Teatre Barcelona

El mago de las burbujas Pep Bou se convertirá en funámbulo del jabón y el aire en Bombollavà, que se reestrena en el Teatro Tívoli de Barcelona este julio.

Hace 33 años que Bou se dedica a trabajar con las burbujas: «Como si fuera un pintor, las burbujas son pinceladas», desarrolla técnicas, inventa pinceles y los sincroniza con una música que añade emoción y ritmo a la propuesta de poética visual, efímera, que nos enseña a disfrutar del viaje ya que la emoción y la belleza tornasolada sean las únicas cosas que retenemos.

PRIMAS HERMANAS DE LOS FUNÁMBULOS

«La burbuja nunca te deja dormir, siempre hay un paso más para encontrar emociones visuales», explica. Los espectáculos son el espacio donde compartir la experimentación con el público, buscando también la teatralidad. «Las burbujas son las protagonistas, pero hay también una estructura dramática que, en esta ocasión, gira en torno a la figura del funámbulo». Bou se pone en la piel de un equilibrista que, en lugar de moverse sobre un hilo, juega con el velo fino e imprevisible que conforma las burbujas: «Nunca sabes si estallarán. Tienen fragilidad y unos equilibrios tanto hasta que nos hacen respirar cuando llegan. Son las primas hermanas de los funambulistas», concluye. Bou ha puesto a las burbujas a andar sobre hilos, haciendo malabares y, en una ocasión, haciendo sonar la orquesta como notas sobre un pentagrama, hecho de cinco hilos.

NUEVOS AUDIOVISUALES Y DOS REALIDADES

La obra, que estrenó en el Teatro Lliure en 2013, vuelve ahora al Teatro Tívoli con audiovisuales como novedad, así como dos músicos nuevos debido a temas de agenda: el contrabajista Oriol Martí y el pianista y director musical Leonardo Brizzi, con la aparición especial del ukelele de la técnica de vídeo, Mon Feijóo. El espectáculo ha sufrido «una evolución inevitable», debida a la constante transformación que hace el fin de sacar provecho, y en las pantallas

Bou aparecerá en las pantallas, pero «como si fuera otra persona»: los audiovisuales y la interpretación pondrán a dialogar dos lenguajes, realidad y ficción, que se complementarán, describe, añadiendo la teatralidad necesaria sobre el escenario.

EMBAJADOR DE LAS BURBUJAS CATALANAS

Con Bombollavà, Bou vuelve a Barcelona, donde explica que tiene siempre público, entre funciones internacionales que hace gracias a la «gran capacidad de hechizar que tienen las burbujas», traspasando lenguas y culturas. Este septiembre el llevará a Tailandia, seguido de Francia, Italia y, en un futuro próximo, Brasil.

LA CIENCIA TRAS EL JABÓN Y EL AIRE

Bou está siempre pendiente del tiempo: «Lo ideal es que llueva o haya humedad y viento del sur, ya que el del norte es más seco», relata. La humedad alarga la vida de las burbujas, que en su sede de Cardedeu pueden durarle hasta dos o tres minutos, mientras que en peores condiciones viven sólo 20 o 30 segundos, dejando menos margen a la actuación. La evolución de una burbuja se puede seguir a través de sus colores: al inicio predomina el verde, a medida que se evapora y pierde consistencia aparecen los ocres y los últimos instantes son de blanco puro, el fantasma de una muerte anunciada, cuenta.

Aunque colabora con una marca de productos químicos y jabones que le permite experimentar, confiesa que es muy difícil llegar a conclusiones sobre qué mezclas son más adecuadas, ya que muchas veces acaban teniendo comportamientos diferentes, y debido sobre todo a la influencia climatológica , a la situación de la sala y la presencia o no de aires acondicionados, e incluso a la existencia de pequeños insectos que pueden hacer estallar las burbujas o quedar enganchados, dando un giro al espectáculo. Buey trata de adaptar el espectáculo a las condiciones, que hacen que cada función sea única, con sus anécdotas, pero probablemente cuando más disfruta es cuando las burbujas tienen una larga vida y le permiten jugar y jugar: «¡Tendremos que poner una vela al señor Molina!».