Pablo Puyol: 'Me gustaría actuar en Broadway'

Rubén Garcia Espelta

Per Rubén Garcia / @RuGarciaE

A Chorus Line con dirección de Antonio Banderas ya ha llegado a Barcelona. Este musical que habla sobre los sueños, el trabajo, el sacrificio y la esperanza de un grupo de bailarines se estrenó en Broadway en 1975 e hizo temporada durante 15 años seguidos. Concebido, dirigido y coreografiado originalmente por Michael Bennett, ganó 9 premios Tony y 1 Pulitzer.

El Teatro Tívoli alberga hasta el 29 de marzo un revival de la obra original de Broadway. Una producción cuenta con la supervisión de Baayork Lee, que interpretó a uno de los personajes originales, y con Antonio Banderas, impulsor del Teatro Soho CaixaBank, donde se estrenó el musical bajo su dirección y con él como protagonista.

A Chorus Line ha comenzado gira por España pero sin la superestrella malagueña como protagonista, su lugar lo ocupa otra cara conocida por el gran público, Pablo Puyol que afronta con gran responsabilidad el reto de ponerse en la piel de Zach, el estricto director que supervisa un casting que puede cambiar la vida de sus aspirantes.

Pablo Puyol: Sí, supone mucha responsabilidad e ilusión a la vez. A Chorus Line es un gran clásico de los musicales con un personaje icónico que ha sido interpretado por grandes estrellas mundiales como Michael Dowglas, el cine, o por el mismo Antonio Banderas, durante la temporada en Málaga.

Pero más allá de esto, Zach es un personaje más con el que tengo que trabajar y, por suerte, he tenido a un gran maestro que me ha ayudado a hacerlo. En Málaga yo interpretaba otro rol y me pude fijar en cómo lo hacia Antonio, aprendí mucho de él. En ningún caso he copiado su personaje, somos actores diferentes, pero si me he quedado en algunas cosas que hacía muy bien. Con su ayuda y sus indicaciones he conseguido crear mi propio Zach .

Teatro Barcelona: La obra nos habla de un grupo de bailarines que se presentan a una importante audición o casting, nos explica sus ilusiones, esperanzas, sueños y las historias que esconden cada uno de ellos. Historias que, a su vez, están basadas en experiencias reales de artistas de la época, algunas más tristes que otros. Es tan duro como parece el mundo del espectáculo?

No sé si realmente el público tiene la sensación de que sea duro, al fin y al cabo sólo ve la parte bonita: el resultado final. Este musical es especial porque quiere explicar justamente eso: que detrás de los profesionales que suben cada día en el escenario, hay muchas horas de trabajo, de ensayos, de sacrificio, de dejar cosas atrás para poder dedicarse a hacer lo que hacen.

A Chorus Line nos enseña todo lo que el público no ve pero, además, lo hace desde la óptica de los bailarines. En aquella época (los 70) eran considerados los elementos ornamentales de las gran estrellas, y este musical es especial porque rompe con esta concepción: pone en valor el trabajo, el sacrificio y también las diferentes historias que hay detrás de cada uno de ellos.

En el mundo del espectáculo hay de todo: te encuentras personas con una manera de ver la vida más abierta y libre, con las que yo me siento muy cómodo, y otras personas, que son pocas, que se creen importantes por el simple hecho de dedicarse a ello, y con ello no puedo. Es innegable que, en el mundo del espectáculo, hay tensiones pero no son diferentes a las que te podrías encontrar en cualquier otro trabajo.

En alguna entrevista has definido a tu personaje, a Zach, como un director duro, dictatorial, que cree tener la razón en todo, con mal humor … es ficción, pero estos últimos años han visto la luz polémicos casos reales de gran nombres de la escena que ejercían ese rol. Crees que a raíz de esto está cambiado la manera que tienen de dirigir los directores?

Pienso que los directores son personas y, como le puede pasar a todo el mundo, pueden tener un mal día y pagarlo al trabajo. Son profesionales sometidos a grandes presiones pero deben aprender a gestionarlas de otro modo.

Está cambiando la manera de dirigir porque también está cambiando la manera en que vemos a los directores. Antes vemos en ellos algo sublime o intocable y ahora los vemos como una figura más, tal vez de las más importantes, pero al fin y al cabo una pieza más del engranaje teatral o escénico. Creo que el ambiente es más relajado y tranquilo, ahora dirigen desde lugares diferentes y hablan los actores y actrices con respeto.

Por suerte, nunca me he encontrado con ningún director que me haya hablado o tratado mal. También te digo que sería el primer y el último como que lo haría. No funciono así, me gusta que me traten con el mismo respeto que yo trato a los demás.

Como se ha trabajado este tema en el musical?

A A Chorus Line creo que se ha hecho muy bien. Antonio Banderas, en contra de la versión original, ha apostado por humanizar al personaje, dándole más vida y emociones, y lejos del espíritu rígido o dictatorial ha construido un cliché de este personaje pero con muchas más capas. Zach es un director enamorado por su trabajo, y eso le permite hacer cosas bonitas, pero también es una persona enamorada de una historia que vivió con una de las bailarinas y que le remueve muchos sentimientos. En esta versión del musical verá un Zach más humano, descolocado … podrá ver las costuras de este personaje.

Los bailarines, los protagonistas de la historia, se presentan a un casting o audición muy importante con todo lo que ello supone: nervios, expectativas, ilusiones, frustraciones … Como recuerdas tu primer casting?

Lo recuerdo mucho porque realmente no había cantado nunca, cantaba para mí, pero no sabía si cantaba bien o mal. Hace 23 años, el año 97, el mundo de los musicales era muy diferente del actual y había pocas oportunidades. Vi que buscaban a profesionales para Grease y me presenté, fui pasando las pruebas de interpretación, de canto, de baile hasta llegar a la final: entre 35 y 40 personas en el Teatro Lope de Vega de Madrid desde las 9 de la mañana hasta pasada la medianoche. Fue muy duro. Recuerdo especialmente el talento de todos aquellos profesionales, muchos de ellos y de ellas siguen siendo hoy grandes profesionales de la escena.

¿Cuáles son los ingredientes para hacer un buen casting?

La verdad es que soy muy malo haciendo castings (ríe) supongo que confianza y tranquilidad. Yo pediría a todos los directores y productores que hacen castings que den confianza a las personas que se presentan para que puedan dar el máximo de sí mismas. Creo que muchas veces se pierden a muy buenos profesionales que quizás no son buenos haciendo castings, por nervios o por lo que sea, pero que en el trabajo diario son excelentes. No hablo por mí.

Parecerá extraño que lo diga ahora, pero el casting de A Chorus Line ha sido de los mejores que he hecho. Se nos ha tratado muy bien, con respeto y sin prisas pero con el añadido de que tienes al mismo Antonio Banderas en frente y afrontando un casting de 1800 personas. Evidentemente de nervios hay siempre, pero la manera en la que te tratan incide directamente en lo que acabas mostrando de ti.

Y como lleva Pablo Puyol las frustraciones profesionales?

De la única manera posible: luchando mentalmente contra ellas. Es una lucha contra ti mismo y que te puede hacer avanzar o retroceder. Recuerdo que al principio de mi carrera lo pasaba muy mal, no sabía cantar y tenía muchas inseguridades. En poco tiempo me vi cantando con grandes profesionales y me sentía inferior. Finalmente lo superé cuando entendí que todo el mundo, incluso las voces más privilegiadas, comete errores. Una vez eres consciente seguramente seguirás cometiendo errores pero sin darles tanta importancia y eso te permite seguir adelante. Nos tenemos que permitir fallar y nos tenemos que amar un poco más.

Durante tu trayectoria aparte de hacer teatro, musicales, series y cine también has ejercido de productor teatral. ¿En qué te ha beneficiado poder explotar esta faceta no tan artística?

He aprendido a dar importancia a la parte económica. Los actores tendemos a fijarnos en los grandes números y, como productor, he aprendido a interpretar las cifras también a pequeña escala: que no todo es el precio de la entrada, sino que también se ha descontar los diferentes impuestos y comisiones, y que la parte que se queda el teatro y la compañía es bastante escasa. He aprendido que producir no es fácil, que es un riesgo muy grande y que un musical como éste necesita de una gran inversión para poder tirar para adelante. El riesgo es alto y la posibilidad de poder fracasar económicamente también existe. Los musicales están muy bien y la gente está yendo a verlos pero como productor nadie te garantiza que vayan a ver tu.

Con esto no quiero decir que hay que regalar el trabajo a los productores, de hecho pienso que los actores deberíamos estar más unidos para poder reclamar un convenio más decente.

Tu carrera ha estado marcada por tu paso por la televisión en diferentes series y programas, como Un paso adelante o Tu cara me suena. Que has aprendido de esos momentos en los que de repente te ves siendo el centro de todas las miradas?

He aprendido que todo es mentira: que ni eres tan bueno cuando estás en el punto más alto, ni eres tan malo cuando de repente eres casi invisible. El problema de la fama que te llega cuando trabajas en un programa de televisión es que creas que todo lo que está pasando a tu alrededor es real: que pienses que cuando vas a un restaurante y te hacen un trato preferencial lo hacen porque realmente te lo mereces. Llegar a este punto es peligroso porque llegará un día que esto dejará de pasar y la frustración que esto puede generar es muy grande. También me he encontrado al contrario: gente que me ha insultado por la calle porque te asocias al personaje que están interpretando o porque no les has gustado en alguna entrevista … Hay que ser consciente y saber que quien realmente me conoce es mi familia y mis amigos de siempre: son los que aportan sentido a mi vida.

Los protagonistas de A Chorus Linesueñan en su futuro … ¿Cuál es el sueño o la meta que crees que te queda por cumplir?

Tengo unos cuantos (ríe). Me gustaría volver a hacer series o alguna película de acción pero, ahora, hay uno más importante: me encantaría actuar en Broadway, existe la posibilidad de poder llevar este montaje en Nueva York. Veremos si se acaba cumpliendo.

Escrito por
Rubén Garcia Espelta TWITTER

Periodista y gestor cultural. Responsable de contenidos editoriales de TeatreBarcelona.com. Ha trabajo en medios como Catalunya Ràdio, El Periódico de Catalunya, La Xarxa, Ràdio 4 o Rac1.

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