Hemos entrevistado a Gaston Core, el director escénico de la sala Hiroshima: un nuevo espacio de exhibición independiente que apuesta por la experimentación, los nuevos públicos, el aire “canalla” del Paral·lel y el riesgo como motor.
Combinará las artes escénicas con música en vivo y actividades sobre pensamiento contemporáneo, nos explica el equipo “pequeño y joven” que lo ha creado. Aún no se ha presentado en sociedad, pero ya cuenta con dos semanas apalabradas con programación del Festival Grec.
El local se divide en tres salas independientes pero interrelacionadas entre sí, a las que se accede por la calle Vilà i Vilà. La primera es un espacio escénico polivalente, con un aforo que varía entre las 130 y las 65 localidades gracias a unas gradas modulares, y que cuenta con luz natural. La segunda, la sala de conciertos, con un aforo de hasta 230 personas, acogerá música en directo a partir de 2016 y, hasta entonces, servirá para eventos culturales, como una fiesta de libros y música en Sant Jordi. La tercera es un bar que, además de ofrecer información cultural, vinculará el espacio con el barrio.
Una misteriosa fundadora en la sombra, una exbailairna del Ballet Experimental del Eixample, aporta contenidos y “su saber hacer”, además de “su aire a nivel decorativo”. Hiroshima quiere ser un espacio que asume riesgos y programa artistas –emergentes o consolidados, autóctonos o internacionales– que experimenten con nuevos lenguajes escénicos y la innovación tecnológica sobre el escenario. De financiación privada, con excepción de una subvención del Icub, la sala contará con una política de precios fijos pero asequibles, sin promociones pero premiando la compra anticipada, que será de alrededor de 12 euros frente los 15 en taquilla.
A la cabeza artística del proyecto se encuentra Gaston Core: licenciado en Dirección y Dramaturgia por el Institut del Teatre, se formó como bailarín en su Argentina natal. Hace más de dos años y medio que trabaja con Hiroshima que, tras un festival de Terrassa creó hace unos años, es su segundo proyecto como gestor cultural.
Teatre Barcelona: ¿De donde salió la idea de crear la sala Hiroshima? ¿Hay alguna anécdota detrás?
Gaston Core (director artístico): El proyecto surge hace dos años y medio, cuando me lo propone la fundadora e impulsora del local. Acepto e iniciamos esta aventura en el peor momento de la crisis cultural cuando, en julio de 2012, se decidió subir el IVA cultural al 21%. Pensamos que justo en ese momento de crisis es bueno plantear una nueva manera de entender la programación, la comunicación con el público, un nuevo sistema de gestión. Y eso nuevo que intentamos plantear es Hiroshima.
TB: ¿Por qué este nombre?
G.C: Entendemos Hiroshima como un símbolo de reconstrucción, que tiene implícito en sí mismo la idea de la destrucción pero también la de la reconstrucción. Es una proyección de lo que es capaz la humanidad, de la necesidad de volver a empezar cuando todo está destruido, un símbolo de paz y renacimiento, para nosotros, como proyecto.
TB: ¿Y quién es la fundadora que comentas? ¿La conocemos?
G.C: Es una ex bailarina del Ballet Experimental del Eixample que prefiere mantenerse en el anonimato y me designa a mi como cara pública del proyecto. Ha confiado en mi para arrancar esto y ha querido hacer una apuesta muy fuerte por artistas emergentes y este tipo de programación, por una propuesta de calidad, que promocione artistas locales y acerque pequeñas compañías de Europa y del mundo. Esto lo muestra la programación de estos tres primeros meses, en la que contaremos con pequeñas compañías que tienen un recorrido mas local y que empiezan a proyectarse, pero que no nos llegan.
TB: ¿Qué ofrecerá de especial Hiroshima, como sala, al público?
G.C: Que el hecho de venir al teatro sea más experiencial. La apuesta de un espacio interconectado es para que la gente se cruce, para romper un poco la endogamia del sector teatral y que gente que venga, tal vez, al bar o a la sala de conciertos, pueda tener la curiosidad de conocer alguna propuesta más escénica. La apuesta propone que la cercanía y la vinculación de los espacios dé como fruto la creación de nuevos públicos.
TB: Cuéntanos más sobre la endogamia que mencionas.
G.C: A mi, por lo menos, me pasa que siempre que vamos al teatro somos los mismos, hay como un circulo de personas que frecuentamos los circuitos teatrales. Y, por ejemplo, hay todo otro mundo de artistas y conocidos que residen en la ciudad pero nunca los ves en las representaciones. En las perfomances o en propuestas más escénicas cuesta ver gente distinta. Muchas veces el teatro tiene esta cosa como de “para entendidos”, como un sector muy concreto de la población y del público. Nuestra apuesta es la de abrir esa franja de público.
TB: ¿Y por qué crees que ocurre? ¿Por qué se crean estos circuitos cerrados?
G.C: Por un lado, creo que tiene que ver con el tipo de teatro por el que apuesta la mayoría de las salas. Está muy bien y a mi me encanta, pero es una línea de programación que, al ser un teatro más de texto y con unos códigos más cerrados, es más difícil que gente que no tenga previamente unos conocimientos teatrales pueda acceder a ello o lo pueda disfrutar o lo pueda decodificar. Por otro lado, una apuesta de la casa es trabajar con público extranjero residente en Barcelona, pero también con público turista que venga a consumir cultura, que no es fácil porque la mayoría de las propuestas suelen ser dramaturgias de texto.
TB: ¿Cómo veis vuestro espectador medio?
G.C: A mi me gustaría captar el público que visita y es frecuente de las salas de cine con versión subtitulada, por ejemplo. Este tipo de público me parece muy interesante, es un publico curioso, pero a veces le cuesta acercarse a una propuesta teatral. Otro target que me gustaría tocar es el de la gente que se mueve por el circuito del Raval, Sant Antoni y Poble Sec: hay un círculo de diseñadores, fotógrafos, artistas visuales, gente que trabaja con el arte, con material sensible, y que sin embargo no los ves acudiendo a los teatros. A nivel de edad no creo que esté la franja, y también seria interesante captar el público general.
TB: ¿Crearéis algún tipo de diálogo con el público?
G.C: En ese sentido hay dos líneas de trabajo que nos interesan mucho: una es la de pensamiento, con charlas, conferencias y propuestas relacionadas con la programación teatral, pero con un formato expositivo. Esto haremos con el primer espectáculo, Notion: dance fiction, para el que traemos al artista de Singapur Choy Ka Fai, que trabaja siempre con una bailarina local y aquí contará con Sonia Gómez. Usa un software que traduce frecuencias de movimiento digital en electrodescargas. Es un espectáculo muy bueno, muy divertido además, y tiene un punto discursivo muy interesante porque, a través de estas microdescargas, enseña a la bailarina las coreografías más míticas de la danza. Este primer espectáculo viene vinculado a un workshop, una charla demostración en la que explicará el software que utiliza pero también el sentido de la pieza, y por qué hace este discurso de revisión histórico de la danza y el movimiento. A lo largo del recorrido intentaremos ir atravesando la programación teatral de este tipo de actividades, para vincular la temática y el contenido del espectáculo con una propuesta más discursiva.
TB: ¿Cual es la otra línea de trabajo?
G.C: También tengo la idea de trabajar una línea de talleres relacionados con la propuesta de lenguaje que se haga. Por ejemplo, Catalina Carrasco, que viene de Mallorca y trabaja con unos sensores conectados en el móvil, hará un workshop con el que explicará a la gente cómo tratar esta tecnología, que es muy simple porque es en el móvil y lo puede hacer cualquiera. Con estas dos líneas queremos crear un diálogo con el público. No se trata de hacer coloquios postfunción, porque no es el tipo de ambiente o experiencia que me gustaría, sino más de este estilo, que vinculen y acerquen el trabajo teatral al público.
TB: ¿E incluiréis algún tipo de pedagogía?
G.C: Pedagogía en el sentido de acercar el trabajo del artista al público y también desde la comunicación. La idea es que cada programa de mano de cada artista tenga una pequeña entrevista a cargo de otra persona vinculada al mundo del teatro. Y, si estas en el bar y tienes el programa a mano, puedes entender más cosas sobre el universo del artista que está presentado el espectáculo.
TB: Hemos leído en vuestro manifiesto que queréis arriesgar a nivel artístico, con la programación.
G.C: Es un riesgo ya de por sí la línea de programación, porque son productos que no diría “no fáciles”, porque creo que son para todo el público, pero sí que hay un alto riesgo de las propuestas a nivel de innovación y de experimentación. Aún así, todas pueden ser consumidas por todo el publico sin problema. A nivel económico siempre hay riesgo porque no son formatos grandes, ni producciones con personajes públicos, sino que son artistas contemporáneos que se mueven en circuitos menos masivos.
TB: ¿Acogeréis residencias artísticas?
G.C: No somos un equipamiento destinado a residencias artísticas, ni tenemos la infraestructura para hacer lo que hacen centros de creación. Nuestro lugar es más una plataforma de exhibición en una línea muy concreta de programación, que es lo que podemos aportar a la ciudad. Es diferente que haya un artista que nos interese mucho, como es el caso de Núria Guiu, que es nuestra artista seleccionada y estamos muy contentos de trabajar con ella. Guiu es una bailarina catalana que ha residido mucho tiempo en Noruega, a la que hemos acogido un poco como una artista que queremos acompañar y potenciar. Si esta artista no ha conseguido entrar en las convocatorias de centros de creación, ponemos a su disposición el espacio para que pueda perfilar y terminar de cuadrar el proyecto, como una residencia técnica, con periodos largos de ensayos, que no se hacen en los teatros. Más que residencias lo llamaríamos colaboración con un artista en concreto.
TB: ¿Qué feedback os ha llegado, hasta ahora? ¿El sector agradece un nuevo espacio?
G.C: Con la gente que trabajo sí que siento la necesidad de un espacio alternativo de mediano formato para este tipo de programación. La gente que tengo alrededor manifiesta esta necesidad y urgencia de un lugar que oxigene una línea y un sector muy especifico. Evidentemente aquí hay muchas salas y muchas que lo están haciendo fantásticamente, pero trabajan otras vías, y esta franja más contemporánea, de teatro físico, de nuevas tendencias y de danza sí que faltaba un lugar de mediano formato más estable. ¡Y de circo! Tenemos el solo Indomador de Quim Girón, fundador de Animal Religion. La sala está preparada a nivel técnico para trabajar circo: las parrillas fijas soportan peso en movimiento, por lo que nos interesa potenciar también artistas de circo.
TB: ¿Habéis iniciado contactos con otras salas o festivales de Barcelona? Tenéis cerca el Mercat de les Flors.
G.C: Sí, ha pasado por aquí el director del Mercat de les Flors, a conocer el espacio, nos hemos presentado y hay muy buena sintonía. También hemos conectado con otros espacios, más que salas, como El Graner o La central del circ, con los que tenemos ganas de colaborar. Nos ha visitado el Festival Grec, que nos acoge en su programación dos semanas de julio. O bueno, ¡nosotros la acogemos!
TB: ¡Una buena carta de presentación para la ciudad!
G.C: ¡Es una buenísima carta de presentación! También estamos en contacto con el Festival Tàrrega, el TNT… Con otras salas, en cambio, hay una vinculación personal mía, conozco a los directores y la gente que los lleva, pero las colaboraciones serian una segunda fase, primero empezamos a funcionar.
Os dejamos un par de excusas para conocer la sala:
Texto y fotografías del director: Neus Riba
Fotografías de la sala: Hiroshima
