El Teatro Akademia de Barcelona estrena su primera producción propia de la temporada: El Papa, una adaptación en catalán de la obra teatral homónima del dramaturgo y guionista neozelandés Anthony McCarten. El espectáculo, dirigido por Guido Torlonia, permanecerá en cartel hasta el 4 de diciembre.
Lluís Soler y Xavier Boada encarnan a los dos pontífices con visiones opuestas: el ultraconservador Benedicto XVI y el reformista Francisco. Ambos intentarán, a lo largo de la historia, representar la función simbólica del pontificado, es decir decidir qué es y qué no es pecado. El guión de McCarten, que fue llevado a la gran pantalla por Fernando Meirelles con Anthony Hopkins y Jonathan Pryce como protagonistas (The Two Popes, 2019), explica el encuentro que tuvo lugar entre estas dos figuras, algo insólito en la historia del Vaticano, desde un contexto íntimo y muestra cómo dos hombres de fe se enfrentan a una decisión difícil que determinará el futuro de la Iglesia católica desde dos perspectivas contrapuestas. Los protagonistas tendrán que escoger entre abandonar los cargos y retirarse a una vida de oración y meditación u ocupar la posición más determinante de la comunidad cristiana.
«Ambos personajes son muy complejos, porque más allá de la máscara o el traje de Papa, cardenal o de representante de la Iglesia católica que significan, hay dos grandes humanidades detrás», explica Xavier Boada, que encarna al actual Papa Francisco, conocido también como Cardenal Bergoglio: «Son dos personas con unas profundidades humanas considerables».
Una mirada humana
La pieza recoge también se basa en información y las fuentes que el propio autor recopiló en un ensayo previo a la obra teatral. «El autor ya hizo mucho trabajo de investigación sobre las vidas de los papas», explica Torlonia: «En este caso el contexto que proponemos es la una visión más íntima sobre el encuentro entre estos dos personajes conocidos por todos». «Trabajar personajes que todavía están vivos y relevantes, de los que puedes tener mucha información, es especial, es singular», dice Lluís Soler, que da vida al personaje de Benedicto XVI: «Saber cómo se relacionan personajes de esta berenjena en la intimidad es muy singular y más en una institución tan opaca como el Vaticano».
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