La erótica de Tirant para seducir a los más jóvenes

Mercè Rubià

La Jove Companyia del TNC lleva Tirant lo Blanc en la Sala Tallers en un espectáculo pensado para los jóvenes de los 15 a los 17 años que deja de lado la parte épica, heroica y de batalla para centrarse en los sentimientos.

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«Tengo que leer los episodios amorosos de Tirant lo Blanc y creo que preferiría que me enterrasen» comenta en las redes sociales una adolescente sobre esta obra capital de la literatura catalana. Nos lo advertía Enric Cambray, el actor que encarna al personaje principal en la obra del TNC: «para estos jóvenes es una lectura obligatoria y vienen al teatro a desgana con el Instituto, pero tenemos que conseguir cautivarlos. No haciéndolos callar, no con advertencias, sino pegándolos inteligentemente». Seguramente esta es la misión más importante que tienen los actores de la Jove Companyia, lograr que estos jóvenes que asisten a las funciones escolares se sientan atraídos por una historia que, aparentemente, les queda muy lejos en el tiempo y en la que llegan por obligación. Para el actor, a quien «pone a tono» este público tan difícil, una de las cuestiones más fundamentales es evitar a toda costa que se aburran. «Los jóvenes, y yo me incluyo, formamos parte de una cultura en la que si un canal nos aburre cambiamos y ya no volvemos. Lo mismo ocurre con el teatro, si no les gusta lo mejor le darán una segunda oportunidad, pero a la tercera ya no volverán».

Para hacer un Tirant dinámico y adaptado al público joven, Pere Planella y Roger Cònsul han cogido las más de 1000 páginas del libro y las han reducido a 40 en un lenguaje que, aunque «pretende parecer antiguo», también es cercano para que los adolescentes «lo reciban bien». Para ir al grano en la historia de Tirant, dicen, se han centrado en la tercera parte, la de Constantinoble, donde pueden mostrarnos cómo el protagonista, a pesar de ser un gran militar, emocionalmente no es más que «un pobre chico que debe conquistar la batalla del cuerpo de la mujer «o, como él llama,» llegar al castillo». Y eso es lo que, según Cambray, puede hacer que los jóvenes conecten con la obra. «Estos jóvenes están enamorando, seguramente por primera vez, y lo están pasando mal, como nos pasa a todos cuando nos enamoramos hasta que no llegamos al castillo».

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Cambray explica que ha intentado construir un Tirant «humano», dejando muy de lado la parte épica, heroica y de batalla para centrarse en los sentimientos «de un joven herido por la flecha del amor». Esta humanidad con que Joanot Martorell escribió Tirant lo Blanc es precisamente uno de los motivos por los que Cervantes lo consideraba el mejor libro de la historia. Y es que Martorell no construyó unos caballeros que están en lucha y tensión constante, que siempre mueren heroicamente, sino que como decía el propio Cervantes «duermen y mueren en su cama». Y en este sentido la adaptación de Planella y Cónsul ha querido ser muy fiel. «Hemos mantenido el monólogo final, cuando Tirant y Carmesina ya están muertos y no pasa nada». Los héroes mueren, pero todo sigue.

Cambray está acompañado de nueve actrices, Mar Casas, Laura Fité, Laura Pau, Jèssica Pérez, Mònica Portillo, Lola Sans y Marta Tricuera, que se desdoblan en todos los personajes, Carmesina, la Viuda Reposada, Placerdemivida pero también el emperador, soldados, pintores, marineros o escuderos.

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LA JOVEN COMPAÑÍA TODAVÍA «NECESITA MEJORAR»

La ITNC-Jove Companyia nació la temporada pasada en complicidad con el Institut del Teatre con la voluntad «de investigar y sistematizar los códigos interpretativos de un actor clásico catalán». Para el estreno de la compañía optaron por El Cantador de Serafí Pitarra, que a pesar de recibir numerosos elogios a nivel artístico, no esquivó las críticas por la escasa retribución de los actores en forma de beca. En esta segunda edición, esto ha cambiado, y a partir del estreno del espectáculo y durante la posterior gira, los actores pasan de obtener una beca formativa, a un contrato profesional. Sin embargo, todavía hay algunos aspectos que, según algunos de los integrantes, habría que mejorar. Pere Planella, por ejemplo, proponía durante la presentación que en próximas ediciones algún actor o actriz con trayectoria integrara al reparto, para que los jóvenes puedan trabajar con actores con años de experiencia. Enric Cambray también se moja y asegura que «el diálogo entre el Instituto y el TNC es muy positivo, pero debería empezar antes, no cuando ya estás licenciado». El actor reconoce que se esperaba un proceso formativo más encaminado al «reciclaje profesional» que permitiera «hacer cosas que no hemos podido hacer en el Instituto», pero que en cambio se encontró haciendo cosas que sí que habían trabajado durante la carrera. «Es sólo el segundo año, y por tanto todo es muy prematuro, pero es positivo hacer una crítica de lo que se puede mejorar», dice el actor.

Texto: Mercè Rubià / Fotos: David Ruano / Vídeo: Albert Ibáñez

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Periodista. Teatrera. Enamorándome de la danza y del circo. Advertencia: Si la mayoría de mis recomendaciones tienen muchos aplausos no es por falta de criterio (que quizá también), si no porque prefiero hablar de las obras que me gustan. Muy lejos de querer hacer (o ser) crítica.

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