Las Impuxibles recuperan en el Teatre Condal su nueva apuesta con la que quieren, de nuevo, romper tabúes sociales: Harikiri. Si en anteriores trabajos se han centrado en temas como la presión estética (Fam) o las enfermedades mentales (Suite Toc num 6), ahora se han fijado en un tema tan relevante como el suicidio.
«El suicidio es tabú y es también la primera causa de muerte no natural, y no sólo entre las personas jóvenes», explica Clara Peya, intérprete y compositora de la música. Partiendo de un intenso trabajo previo -hablando con personas cercanas a víctimas , asociaciones y otros profesionales como psiquiatras- la compañía han montado un espectáculo colectivo para poder generar un espacio de diálogo y reflexión sobre un tema que la sociedad calla: «Se habla poco por miedo al efecto espejo pero incidir- es necesario para romper todo el tabú que rodea el suicidio», detalla la pianista.
Harikiri es un montaje con texto de Maria Velasco y que combina disciplinas como poesía, música, teatro, danza y circo. La obra parte de la historia de un hijo (Pau Vinyals) y su madre (Montse Esteve) cuando ésta decide poner fin a su vida. El espectáculo parte de un caso concreto, pero sirve para poder hablar de muchos temas relacionados como el duelo o la frustración: «Es muy diferente un duelo por alguien que se muere por accidente o enfermedad, que por alguien que ha decidido morir» , explica la coreógrafa Ariadna Peya, y añade: «La sociedad nos obliga a ser felices, pero no nos enseña cómo llegar. Nos cargan esta responsabilidad a las personas y eso nos provoca frustación y malestar».
Las Impuxibles han apostado por hacer de éste un espectáculo accesible que contará con traducción al lenguaje de signos, subtítulos y unos sensores que permitirán a las personas sordas ver el sonido convertirse en proyecciones
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