SALA FÈNIX

La memoria de un ladrillo en Colombia

'Ladrillo portante de celda circular' da voz a las mujeres silenciadas por el conflicto armado colombiano a través de una obra llena de poesía y de música

La conjunción entre la historia personal y la historia colectiva es un cruce muy transitado por los artistas, pero no por eso es menos peligroso. Quien se encuentra corre el riesgo de poner las peripecias individuales al servicio del momento histórico para explicar sus lógicas políticas y sociales. Pero Ladrillo portante de celda circular evita esta trampa con una narrativa que combina la rigurosidad histórica con un profundo retrato emocional.

El objetivo de la dramaturga colombiana Liliana Hurtado cuando la escribió era otro: “poner poesía a tanto dolor”. Y con la poesía de hilo conductor, la obra mujer ve a las mujeres que han sufrido el conflicto armado colombiano, abordando dos de las vertientes más crueles de la guerra: los desplazamientos forzados y las ejecuciones extrajudiciales, más conocidas como falsas positivas. Ahora se representa en la Sala Fènix gracias al Col·lectiu Acàcies, una compañía formada por alumnos de último curso del Institut del Teatre.

Un viaje emocional

La obra sigue el viaje emocional de Mary, una mujer que sufre las consecuencias de los enfrentamientos entre el gobierno de Colombia y la guerrilla de las FARC, sin que se le reconozca la condición de víctima. Después de que quemen su casa y se lo tomen todo, Mary emprende el viaje de la búsqueda de sus hijos. En el camino, en el que también transita por su duelo, se topa con una burocracia acerba y unas autoridades más preocupadas por silenciar el dolor que por reconocerlo.

El afán de esta madre por preservar la memoria de su casa lo ilustra el ladrillo: el único objeto que pudo salvar, y que encarna el recuerdo persistente de su felicidad pasada. La puesta en escena, diseñada por Laura Garcia-Duran, refuerza esta imagen con una estética austera donde el ladrillo se convierte en el centro físico y emocional de la obra. Mientras la música tradicional colombiana interpretada en directo por las actrices y cantantes Lídia Aguirre, Judit Barba, Berta Borràs y Anila Padrós -que comparten el papel de Mary-, transporta al espectador al otro lado del Atlántico y le ofrece un respiro de la crudeza del periplo de la protagonista.

Esta versión de la obra incorpora dos relatos de Liliana Hurtado y un fragmento del informe final de la Comisión de la Verdad en Colombia, llamado «Cuando los pájaros no cantaban», que recoge testimonios de las violaciones de los derechos humanos durante el conflicto.

«Convertimos en música, en palabras, en cuerpo, el grito de auxilio de Mary, este lamento poético», asegura el director Nicolás Castro. Lo que empezó siendo su proyecto de segundo curso de dirección hace tres años ha acabado convirtiéndose en “un espacio de aprendizaje”, sostiene Castro, que reivindica la necesidad de dar oportunidades a los jóvenes creadores y de poner en valor la dramaturgia colombiana.

Con Ladrillo portante de celda circular, el Colectivo Acacias ofrece más que una reflexión sobre el conflicto armado colombiano. La obra es una llamada a escuchar las historias invisibles y reconocer el papel de la memoria como acto de resistencia y dignidad.

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Periodista ha colaborado en medios de comunicación como el Diari Ara, La Vanguardia o El Punt Avui

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