La danza insistente de Arno Schuitemaker

Redacció

Por Jordi Sora / @escenadememoria

La repetición de un gesto o de un movimiento crea una extraña fascinación en el observador. Especialmente cuando se prolonga y los bailarines una y mil veces ejecutan una pauta. Por un lado hay la cuestión del esfuerzo físico y la imagen visual que generan. Como si se tratara de una fotografía que toma vida: un instante fugaz que ha sido captado, atrapado en un dispositivo que nos permite ver cómo se menea en bucle. Una especie de ”gif” animado. Por otro lado, hay el tema del impacto que esta figura circular genera en el espectador: haciendo avanzar y proyectando en el pasado, todo a la vez, la historia que inventamos justo antes y después de este instante. Pensamos: es un gesto que seguro venía precedido de otro y que es el anuncio del siguiente. Cuando menos, esta es la lógica de la flecha del tiempo que habitualmente buscamos en una representación teatral. El coreógrafo Arno Schuitemaker es un maestro en este tipo de material y la Sala Hiroshima su casa natural en Barcelona. Llega el 17 y 18 de mayo con un deseo: If you coul see me now.

Que nadie se lleve a engaño: una cosa es plantear la coreografía con aquella insistencia dinámica y otra muy diferente es el capítulo del sentido de las obras del creador holandés. Esta es su grandeza: la libertad de significado que la contemplación de sus -siempre- excelentes intérpretes provoca. Los vimos hace poco hablando de la naturaleza evasiva del amor en I will wait for you. Pocas circunstancias humanas tan poco predecibles como ésta, contraria al principio de seguridad con el que construimos la cotidianidad. Y a la vez tan imprescindible: nos enamoramos, nos dejamos arrastrar por los sentimientos, a pesar de la sensación de desprotección que nos genera. Pues bien: la lectura que el artista hacía invitaba a varias conclusiones, precisamente por la utilización del lenguaje repetitivo: se podía tratar de una reflexión sobre cómo caemos en la trampa, a pesar de experiencias anteriores; quizás para otro espectador era la reafirmación que se trataría de un constructo ilusorio; como también advertía ante la banalidad como a menudo empleamos la idea de amar por siempre jamás. Muchas interpretaciones posibles con el mínimo de gestos diferentes para expresarlo. Esta es la clave de su trabajo coreográfico.

If you coul see me now parte de la idea de un club nocturno, donde confluyen el amor, la soledad y la espera. Tres temas recurrentes: tres estadios de una misma cosa. Nos reunimos en un espacio musical, con composición de Wim Selles, con el deseo de que pase algo más que bailar. Desde este punto de vista, las tres acciones acontecen inseparables: no habría posibilitado, sin el juego de mira lo que sale del sentimiento de soledad. Cualquiera de nosotros hemos vivido este experiencia: una noche, una discoteca y una presencia. De cero a mil. En un crescendo interpretativo que los tres bailarines irán completando hasta que todo se desvanece en la nebulosa del recuerdo.

Se trata de una experiencia, nada exagerada esta expresión para definirla: una proyección, una auténtica transferencia. Los bailarines, de hecho, somos nosotros a pesar de que no nos movemos del asiento. Una sutil manipulación emocional: sensualidad y belleza se manifiestan ante nosotros con aquella gestualidad infinita, repetitiva. Nos observan también. Así lo hacemos con los otros. Ellos a nosotros. Esperamos. Estamos aquí, solos. Liberados por la esperanza del amor que vendrá: la próxima tormenta.

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