La crisi de los 40 llega a la Sala Atrium con 'Ramon'

Yolanda Toledano

La Sala Atrium acoge el estreno de Ramón, un monólogo tragicómico que reflexiona sobre el miedo al compromiso, los límites de la libertad y la imposibilidad de detener el paso del tiempo.

Ramon es un proyecto personal de dos amigos y compañeros de profesión: Mar Monegal y Francesc Ferrer.

En palabras de la autora, Mar Monegal, Ramon, también es un regalo, un regalo en forma de monólogo hecho a medida y de manera artesana expresamente para Francesc Ferrer, el actor protagonista, que con este espectáculo celebra los 15 años de profesión , es también su 25e espectáculo profesional como actor, y coincide con un cambio de década. Según dice él mismo hacer los 40 inevitablemente hace mirar atrás y hacer balance.

Así Ramon es un reto interpretativo para un actor que estaba en un momento en que necesitaba volver a reconectar con la profesión.

Y es también un encargo de Francesc a Mar. A Francesc, le hacía especial ilusión celebrar su 25 espectáculo interpretando un monólogo y le encargó a Mar un texto donde, aparte de actuar pudiera tocar la guitarra en directo.

A partir de esta premisa, Mar escribió Ramón, un monólogo que explora la idea de pérdida en todas las dimensiones del individuo y que refexionar sobre el miedo al compromiso y la sensación de eterna juventud con la que vive gran parte de la generación de los 80.

El argumento de la obra es aparentemente sencillo:

Ramon se acaba de separar de la Patri y, mientras busca piso, se instala en la habitación de adolescente de casa de sus padres. Allí reencuentra la guitarra, la bicicleta estática y todo de cassetes que lo transportan en los años 90.

Desde la seguridad de su habitación, rememora su pasado, pero lo que no se imagina es que, en el presente más inmediato, su vida está a punto de cambiar y convertirse en una auténtica montaña rusa.

La pérdida y la memoria son dos denominadores comunes del espectáculo, que cuenta con una puesta en escena dinámica e imaginativa, donde las proyecciones, y la música son elementos clave.

En palabras de Francesc Ferrer Ramon es también es una mirada: la de alguien que lucha por mantener infranquejablement su libertad y el compromiso con él mismo. Alguien que tiene miedo de asumir responsabilidades pero que lucha por no perder sus convicciones.

Es un homenaje al teatro. Al oficio. A los escenarios. A la música. A la infancia. A la adolescencia. Al amor. A la amistad. A la madre. Al padre. Una revisión de los primeros 4o años de vida de una persona que a pesar de todo, quiere seguir soñando, quiere seguir creando, quiere seguir luchando.

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