La Kompanyia del Lliure, una nueva generación de talento

Redacció

Son jóvenes, tienen talento y el brillo en los ojos propia de los artistas que se sienten afortunados. Cuatro actores y cuatro actrices escogidos de entre casi 400 solicitudes para formar parte de la nueva generación de la Kompany Libre. Una experiencia intensa de tres años que les abrirá un nuevo camino lleno de oportunidades y que ya han empezado a disfrutar con algunos nervios pero, sobre todo, muy ilusión. Joan Amargós, Quim Ávila, Claudia Benito, Raquel Ferri, Eduardo Lloveras, Andrea Ros, Joan Solé y Julia Truyol son los integrantes seleccionados para protagonizar este viaje que, para ellos, resulta toda una aventura profesional. Iván F. Mula ha hablado con ellos para que nos lo cuenten.

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«Cuando me llamaron para decirme la noticia, no me lo podía creer. Para mí, fue mágico «, nos explica Julia Truyol. Todos, cada uno en su medida, lo vivió como un choque emocional, ya que habían trabajado mucho para conseguirlo y las expectativas eran muy altas. «Al principio, incluso, tienes un poco de miedo de sentir que, tal vez, una gran institución como esta, te podría quedar grande. Afortunadamente, ya hemos comprobado que, por su parte, hay una implicación enorme para que nos sentimos parte de la familia «, comenta Quim Ávila. Al mismo tiempo, según Truyol, hubo otras emociones: «también nos sabía mal por los compañeros que se quedarían fuera.Pero ya conocíamos las reglas desde el principio». Y es que el proceso fue mucho más largo que los castings a los que ellos y ellas están acostumbrados.

LA FASE DE SELECCIÓN

Hace tres años, el Teatre Lliure tuvo la iniciativa de crear una compañía propia de jóvenes intérpretes para cubrir esta etapa intermedia entre la formación y el mundo profesional que es, probablemente, la más difícil para los artistas. Para esta segunda generación, como novedad, gracias a contar con algo más de medios, se decidió abrir la convocatoria a todo el que se quisiera presentar. De las casi 400 solicitudes que recibieron, seleccionaron un grupo de 30 candidatos que tuvieron que pasar tres semanas, todo el día, dando clases de diferentes disciplinas, preparando una escena y un monólogo que, finalmente, presentarían ante un jurado. Muchos tuvieron que dejar lo que estaban haciendo para poder participar en este proceso tan largo, como Joan Amargós que viajó expresamente desde París donde estaba terminando un curso de interpretación en el Conservatorio de París: «Las pruebas fueron un poco excesivas. Tres semanas para ensayar un texto es como para volverse loco. Pero lo disfruté mucho porque, a mí, empezar el día con danza y expresión corporal me hace muy feliz«. Durante esta preparación, intentaron olvidarse que, en cierto modo, estaban siendo evaluados. «Esto fue gracias al grupo (éramos una piña) y los profesores que hicieron un gran esfuerzo para tranquilizarnos y quitarnos la presión. Incluso, el tribunal te aplaude, al terminar la audición, lo que es un gesto muy bonito por su parte», apunta Claudia Benito. Al cabo de una semana de la presentación final, llamaron a todos para indicar si habían sido escogidos. «Fue largo pero yo volvería. Conocí gente nueva muy interesante y aprendí muchas cosas», afirma Julia Truyol.

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LA KOMPANYIA

El entusiasmo con el que hablan del proyecto demuestra que están viviendo el momento más dulce de su carrera profesional. Eduardo Lloveras valora los próximos tres años como «una plataforma de visibilidad increíble, donde podemos crecer y formarnos tanto profesional como personalmente. Además, nos aporta una estabilidad económica que es casi impensable, desgraciadamente, en nuestra profesión. Es un sueño hecho realidad». Se sienten cuidados, valorados y recompensados. Un trato que quieren disfrutar al máximo durante el tiempo que dure.«Dentro de tres años, no sé qué pasará. Esta profesión es de locos», añade Lloveras. Por otra parte, algunos de ellos están experimentando por primera vez la sensación de trabajar dentro de una gran infraestructura. Según Júlia Truyol, esta es una de las cosas más interesantes y le fascina porque no es lo que ella estaba acostumbrada: «Pedí aguja e hilo para coser una pieza de mi vestuario y me regañó porque hay una persona que se encarga de eso. Este es un lujo que, hasta ahora, desconocía. Resulta totalmente nuevo para mí». Pero, sobre todo, lo que más valoran es la oportunidad de compartir este periplo vital con un mismo grupo de personas. Como dice Claudia Benito: «Coincidir todos juntos en los diferentes proyectos que haremos, dirigidos por directores importantes y pasar tantas horas juntos, durante tanto tiempo es muy bonito.Normalmente, los proyectos no duran tanto. Las personas con las que trabajas van cambiando. Pero nosotros tenemos este privilegio. Lo sabemos. Y nos hace muy felices».

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LOS PRIMEROS PROYECTOS

La presentación en sociedad de la Kompanyia ha sido, curiosamente, separada en dos proyectos: uno para los actores – In Memoriam- y otro para las actrices –Revolta de Bruixes-.«Como en un colegio de monjas», bromean ellos. Sin embargo, han vivido los estrenos como propias.«In Memoriam es una obra maravillosa y ellos están inmensos. Nosotros no hemos participado en el proceso de creación pero, sin embargo, cuando la presentaron, teníamos nervios y nos sentimos parte. Somos la misma compañía«, destaca Claudia Benito. El buen resultado de la propuesta ha generado en ellas lo que Julia Truyol llama «una envidia sana» que, básicamente, refleja las ganas que las actrices tienen que trabajar también con el director Lluís Pasqual, a quien, cariñosamente, los chicos de la Kompanyia definen como «nuestro Pep Guardiola». Respecto a Revolta de bruixes, las chicas reconocen que, de entrada, los sorprendió la propuesta.Rápidamente, sin embargo, entender que es un buen momento para recuperar obras de Josep Maria Benet. «Es un homenaje muy merecido. Se está reconociendo el trabajo que este autor ha hecho durante toda su vida. Creo que es el momento de hacerlo», concluye Benito.

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UN INFANTIL Y UN SHAKESPEARE

Ante la pregunta sobre los próximos proyectos de la Kompanyia, no se muestran nada misteriosos.Entre alarmados e impacientes, indican que, aparte de las respectivas giras de las dos obras ya estrenadas, el año que viene nos ofrecerán un infantil y un Shakespeare dirigido por Pau Carrió. «Tenemos muchas ganas de trabajar, por último, con las chicas. Y actuar para niños me hace mucha ilusión. Toda la magia, el aspecto visual, llevarse a los más pequeños a un mundo nuevo para ellos… son algunas de las razones por las que me dedico a hacer teatro», indica Joan Amargós. Se trata de Moby Dick, un espectáculo que ya hizo la anterior formación de la Kompany y que ahora recuperarán añadiendo dos personajes. La dirigirá Juan Carlos Martel Bayod.«Desgraciadamente, la obra de Shakespeare en concreto todavía no se ha escogido pero se decidirá pronto», aseguran.

SUEÑOS Y DESEOS

Hablando de lo que desearían hacer con Kompanyia, si lo pudieran escoger, se muestran prudentes y cuesta que dejen de tocar, por un momento, los pies en el suelo. «Queremos trabajar con Lluís Pasqual», piden ellas. Lo que, en cierto modo, ya dan por supuesto. Hay que plantear la pregunta como un juego y, entonces, como buenos actores que son, se animan a jugar. «Me gustaría hacer una obra en inglés y hacer un gira por Inglaterra», sueña Eduardo Lloveras. Más o menos, todos están de acuerdo en querer hacer una gran tragedia, alguna pieza épica de teatro clásico. Por su parte, Claudia Benito y Quim Ávila coinciden en querer ser dirigidos por Ivo van Hove pero, mientras que ella pide (medio en broma) la participación en escena de Jude Law, él se decanta por Lluís Homar. También ponen sobre la mesa un texto: Los bandidos de Schiller. Resulta curioso comprobar que, hablen de su realidad actual o de proyectos imaginarios que, quizás, nunca se harán, no cambia su sonrisa ni el brillo de sus ojos. Transmiten agradecimiento, satisfacción y libertad. Han llegado hasta aquí gracias a su talento, su esfuerzo y su valentía. Hace no demasiado tiempo, formar parte de la familia del Teatro Libre era un sueño impensable para muchos de ellos y, ahora, este sueño es su vida. Como dice Quim Ávila: «Vivir de sueños, a veces, ayuda. En algunos casos, te permite llegar más allá de lo que tú mismo te hubieras imaginado».

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