Judit Martín es de esas personas que no falla. Sea cual sea su propuesta, acertará, porque disfruta en el escenario y eso, para ella, es el mayor éxito. Ahora, junto a Alba Florejachs y Mónica Ballesteros, inauguran con Pongo el teatro del Espai Texas de Gràcia. Las actrices invitan al público a llevar pongos que se convierten en el punto de partida de este espectáculo. Un homenaje, a través del humor y la improvisación, a todos estos peculiares objetos de dudosa utilidad. Figuras de cerámica, recuerdos de viajes o regalos de amigos invisibles, que aprecias y desprecias a la vez y que nunca sabes dónde poner, pero de los que tampoco puedes deshacerte.
Judit Martín en ‘Pongo’
Teatre Barcelona: ¿Los pongos son atractivos?
Judit Martín: Son tan variopintos y tan feos que, a veces, llegan a ser lindos. Tiene esa cosa de amor-odio. Además, hay pongos que esconden historias increíbles. Dudábamos de si la gente estaría dispuesta a traer cosas de su casa, pero lo cierto es que no nos caben en el escenario. Estos objetos son una semilla, el incentivo por crear improvisaciones.
El espectáculo es improvisado y también interactivo con el público.
No obligamos a nadie a participar. Hay gente que viene sin pongo, sólo como espectador, otros llevan uno y quien quiere cuenta su historia. Con los pongos, que descubrimos en cada función, generamos una historia y el público va descubriendo con nosotros… Todo ello pone en valor la impro.
«En improvisación la prioridad es la historia y los personajes que salen deben estar a su servicio»
Una vez que subes al escenario pasas a ser decenas de personajes diferentes. ¿Cómo es esa transformación?
Me gusta y llevo muchos años improvisando. He trabajado a partir de títulos, a partir de muchas premisas… es la urgencia del público y del momento, que te obliga a crear personajes de la nada. En improvisación, la prioridad es la historia y los personajes que salen deben estar a su servicio. Esto es lo que me ha obligado a crear tantos personajes y poder tocar tantas variedades. Si yo hubiera tenido que pensarlos desde casa, desde mí misma, quizás no habría tocado tantos palos.
¿Improvisar es el formato que más te gusta?
Me he formado en el escenario y he hecho algunos cursos de improvisación. Me he criado en la impro y, por tanto, es mi fuerte. Lo que más me cuesta es cuando tengo que pasar por un guión, esto me pasa por ejemplo en Polonia. Aunque ahora ya no tengo problema. El guión me inquieta, siempre pienso que voy a olvidar el texto y eso me crea una angustia mucho mayor que con la impro, donde sabes que no hay nada. Me encanta no tener límite.
Judit Martín y Alba Florejachs en ‘Pongo’
Hace muchos años que improvisas en el teatro, en la televisión, en la radio… Te vemos en todas partes. ¿Cómo conviven todos estos personajes?
En el teatro existe una historia con inicio, desarrollo y final, una historia con una cuarta pared para entendernos. Nada tiene que ver cuando improviso en la radio, allí tengo que estar presente con un personaje que interactúa con más personajes o con el presentador. En cambio en el Esta Passant siempre trabajo con un personaje concreto. Cada lugar supone formas de trabajar diferentes y con todas me he tenido que ir adaptando y encontrando mi forma de hacer. A veces pienso que estoy a punto de que la gente me odie por estar en todas partes [ríe].
Te lo pasas bien y esto la gente también lo recibe.
Los nervios son el gran enemigo de la comedia y cuando ves un cómic que lo está pasando mal, todo el mundo sufre mucho. Conseguir pasártelo bien es lo más bonito.
«En la tele debes tener cuidado para no buscarte problemas»
Hace unos meses, estuviste en el centro del huracán a raíz de un gag en el Està Passant…
En la tele debes tener cuidado para no buscarte problemas. Tienes que saber dónde estás, en qué medio, y ser consciente de que te expones a que la gente se cabree o incluso te demande. He aprendido que si actúo en un bar, puedo decir lo que me dé la gana, pero cuando trabajas en un medio público, te la juegas más. Por ahora, no tengo ningún problema en trabajar en la tele con algunas líneas rojas alrededor.
Judit Martín, en su impro más polemia en el programa ‘Està Passant’ de TV3
Y ahora, lo estás de nuevo, por señalar la precariedad laboral.
La precariedad laboral está en todas partes, especialmente en todo lo que se disfraza de creativo y que es vocacional. Juegan con la ilusión. La gente lo esconde pero, a veces, cuando rascas un poco, acabas descubriendo a personas que trabajan en grandes empresas cobrando dos duros. La putada es que denunciar estas cosas tiene un precio. Si lo haces, te la juegas, las empresas se creen y tienes que estar dispuesto a ir a procesos judiciales, abogados… Yo siempre animo a la gente a denunciar porque es terrible, pero cada uno hace lo que puede y yo también lo entiendo.
Judit Martín y Mónica Ballesteros en ‘Pongo’
¿Cuál es el pongo más pongo que tienes o hayas tenido nunca?
Una planta del dinero. Nunca se muere, me la regalaron unos amigos y la encuentro horrorosa. La tuve en el balcón por si venía gente de visita, pero eso no se muevería ni a patadas. Este verano pasado se medio pudrió y pensé que era la oportunidad para lanzarla. Pero no lo hice y, de hecho, la revitalicé. Desde que me la regalaron las cosas me han ido soberbio. Ahora me dio miedo tirarla y buscarme la ruina. Ha rebrotado y le han salido flores. Pero es un pongazo, sí.
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