Ákri es límite. Es umbral. Es la palabra griega de la que proviene la palabra acróbata. Y en el espectáculo del artista de circo Manel Rosés, también es explorar los límites de la disciplina. Y es que el acróbata barcelonés lleva a escena un espectáculo que reflexiona sobre los espacios de paso con una escalera de 22 escalones y una puerta como únicos acompañantes sobre el escenario. Un espectáculo muy completo en el que se combinan las acrobacias y el teatro físico con texto y técnicas de clown.
Tal y como explica, con la escalera ha querido simbolizar una zona de paso, un lugar donde no habitamos. De hecho, la escalera es el objeto perfecto para todas las metáforas que el artista ha querido incluir dentro del espectáculo. «Ahora mismo me siento instalado en esta zona de paso», relata Rosés. Llenar un escenario con un cuerpo y dos objetos no es fácil, por eso afirma que ha tenido que pensar “muy bien cómo situar y mover los elementos. Intento que éstos también tengan una evolución. Con la puerta, que sitúo justo delante del público, rompo en algunos momentos la cuarta pared. Creo que tiene mucho simbolismo”. Las diversas configuraciones del mismo espacio permiten crear una zona interior, una exterior y otra colindante. Además, gracias al sonido y la iluminación se realza el viaje emocional del protagonista.
«La gente comienza a entender que hay muchos tipos de circo más allá de lo convencional»
Éste es el primer espectáculo de Manel Rosés en solitario. «He tenido la necesidad de jugar solo», explica. «Me he cuestionado el oficio de acróbata, qué puedo hacer solo, porque… todo esto no se ve reflejado en el espectáculo, pero sí me ha servido de base», asegura. «Un amigo me dice que ha sido un proceso de creación muy volcánico, donde creaba y destruía y de esta acumulación de capas ha acabado saliendo la pieza». Rosés ha tenido la mirada externa de Joan Català y Roberto Margo, que le han ayudado a realizar este camino. «Joan me ha hecho ser consciente de lo que tenía más fuerza y de lo que tenía que potenciar, y Roberto me ha hecho un acompañamiento dramatúrgico para encontrar la dirección hacia dónde iba», explica Rosés. “Me interesa enfrentarme solo a un público. Se genera una fragilidad que me gustaría investigar”, dice el acróbata.
Ákri se podrá ver el fin de semana del 12 y 13 de julio con doble sesión tanto el sábado como el domingo en la Fundació Joan Miró. Un espectáculo de circo que en ningún caso será el único del festival. En este sentido, el acróbata asegura que “la gente empieza a entender que existen muchos tipos de circo más allá de lo convencional. Se está llegando a más gente y desde el Grec apuestan cada vez más por esta disciplina”.
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