Greta Fernández se estrena en el teatro protagonizando -junto a Xavi Sáez- Amanda T, una pieza de teatro documental que intenta explicar los motivos por los que la joven Amanda Todd se suicidó tras sufrir acoso con el objetivo de concienciar, pero también compartir responsabilidades. Un texto de Álex Mañas que se podrá ver en la Sala Atrium del 26 de octubre al 20 de noviembre.
En octubre del 2012 muchos periódicos explicaban esta noticia: Amanda Todd, una joven canadiense de 15 años, se había suicidado tras sufrir acoso virtual y ‘bullying’ en el instituto. Amanda, como muchos otros jóvenes, se conectaba a varias redes sociales para conocer gente. A los 12 años, un desconocido la convenció para que le enseñara los pechos a través de la webcam. Aquel desconocido, un pedófilo que se convertiría en su acosador, hizo una captura y se dedicó a difundirla, creando incluso un perfil en Facebook. Su entorno, en lugar de apoyarlo, se sumó al bullying, un infierno que la llevó a cambiar hasta tres veces de centro educativo e incluso de ciudad. Amanda, antes de suicidarse, lo explicaría en un vídeo titulado My Story: Struggling, bullying, suicide and self-harm, colgado en Youtube.
El caso puso en alerta muchas alarmas pero, por desgracia, no es difícil encontrar nuevas noticias similares. En septiembre de este año, en Italia, una chica de 31 años se suicidaba después del acoso sufrido por un vídeo sexual difundido por su exnovio. Un vídeo del que se hicieron ‘memes’, páginas de Facebook e incluso camisetas.
Cómo se lleva, al teatro, un hecho tan reciente, crudo y doloroso? Àlex Mañas explica que precisamente el hecho teatral ayuda a distanciarse y poder, de este modo, utilizar la ironía, la crítica social y hasta la comicidad. «No hemos querido caer en el sensacionalismo y tratarlo con sensibilidad. De alguna manera hemos hecho un pacto con Amanda para enseñar una parte de la historia, pero no recrearnos con otras, como el suicidio «. Y es que para el director, el tema central son las causas que llevaron al suicidio esta joven de sólo 15 años. «Los hemos recreado a través de 10 escenas donde aparecen el padre, el acosador, amigas, el novio e incluso un programa sensacionalista después de su muerte».
El objetivo, sigue Mañas, es concienciar, pero también compartir responsabilidad. «Las redes y la vulnerabilidad de los jóvenes potencian este tipo de situaciones, pero todos tenemos una parte de responsabilidad en esta constante necesidad de agradar y que te aprueben». Aunque, para él, a menudo «no se trata de vanidad, sino de necesidad de amor» y «eso es lo que entendemos que le pasaba a Amanda; ella necesitaba ser amada»
«El hecho de saber que se trata de una historia real y tan reciente nos ha afectado mucho. Mentiría si dijera que no hemos llorado todos», reconoce Mañas. «Una vez te haces consciente de la realidad, de los años que vivió con esa presión terrible, de cómo tuvo que cambiar de escuela e incluso de ciudad, te das de su infierno -explica Xavi Sáez-. Es imposible no sentirlo y que no se te revuelva el estómago». Pero han tenido que aprender a distanciarse. «Al principio me documentar fuerza. Vi el documental que cuenta su historia, leí su noticias … Pero tuve que distanciarme y no obsesionarme en como era, en su personalidad. Desde el respeto, hemos creado nuestra Amanda y, una vez entendido el personaje, he intentado hacer mi versión «, asegura Fernández.
Mañas tenía miedo de «robar una historia» y caer en el sensacionalismo o, por otra parte, ficcionarla demasiado y no ser bastante fiel. Habló con Lali Álvarez, que a Ragazzo contó la historia de Carlo Giuliani, y también con Jordi Casanovas, que ha adaptado varios hechos reales para el teatro en espectáculos como Ruz-Bárcenas o Port Arthur. Han optado por no utilizar su nombre en el título del espectáculo ni tampoco enseñó ninguna imagen. Las escenas y algunos personajes son ficticios, pero todo está inspirado en la información que se ha recopilado de su historia. Los nueve minutos del vídeo que precedió el suicidio sí los han reproducido prácticamente igual, pero con la imagen de la Greta Fernández. Es, de hecho, el hilo conductor del espectáculo, que mezcla la herencia del teatro social más brechtiano y algunas influencias del cine posmoderno en un tono ácido pero humano que se permite, incluso, momentos de humor. Esperan que el resultado, esta pieza que fábula la trágica historia de Amanda Todd, sirva para «plantear más preguntas que juzgar culpables» e intentar entender «qué pasa en una sociedad como la nuestra que tolera casos como este».
Bona actuació de la Greta Fernández i molt bon acompanyament del Xavi Sáez. Tot i començar una mica freds (massa volum de veu per la distància entre ells i entre ells i el públic), enseguida s’aconsegueix el ritme adequat amb un discurs clar i entenedor. L’obra té una durada adequada malgrat la incomoditat dels seients de la sala Atrium.
Val la pena anar a veure-la amb els fills adolescents.