De los títulos nobiliarios a los 'offshore', La Cubana se ríe de los nuevos ricos en 'Gente Bien'

Redacció

Del 1917 al 2017. La Cubana se ríe de los nuevos ricos con Gente Bien, un musical basado en la obra de Santiago Rusiñol que ridiculiza la burguesía barcelonesa, ahora en un viaje hasta la actualidad para demostrar «que la necesidad de aparentar no tiene fecha de caducidad».

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«Nuestros asesores nos dijeron que si queríamos seguir comiendo del teatro teníamos que cambiar de registro para que ahora el público quiere musicales -explica Jordi Milán, director de La cubana-. Y dijimos, y porque no hacer algo nuestro, de aquí?». Y así es como La Cubana ha pasado al musical, pero es más Cubana que nunca. Los quince actores de Gente Bien interpretan 162 personajes. Esto significa nada menos que 180 trajes, 190 pelucas, 30 kilos de joyas y 275 cambios, además de 45 litros de agua cada función para hidratarse. Y es que esta opereta en que han convertido la obra de Rusiñol viaja por cuatro épocas diferentes: en 1917, en 1951, 1980 y 2017. De una familia adinerada que se compra un título nobiliario a los propietarios de empresas ‘offshore ‘, pasando por los que se enriquecen con el estraperlo durante el Régimen.

«Rusiñol se ríe de la necesidad de aparentar, de la burguesía industrial del modernismo y su necesidad imperiosa de mostrar lo que tienen y acabar haciendo el ridículo», sigue Milá. Así, han cogido los personajes originales, «una familia que ha hecho fortuna con la venta de embutidos y se compra un palacete en el Paseo de Gracia para hacer fiestas», y los han trasladado a otras épocas.

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Gente Bien se estrenó en 1917 en el Teatro Novedades de Barcelona. Desde entonces, gran parte de los grupos amateurs del país la han representado alguna vez. Es, sin embargo, un sainete bastante corto. Es por eso que Jordi Milán, director de la compañía, explica que aunque han «intentado respetar el texto», también es cierto que «la han adaptado a su aire». El maestro Joan Vives ha introducido la música para convertirlo una opereta llena de socarronería. A sus órdenes, los músicos del Auditori de Barcelona se han encargado de registrarla.

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Mercè Comes y Mont Plans vuelven a la compañía al frente de su reparto «más cantante» y unos personajes que no han querido desvelar. No es el único retorno. Después de reabrir el Coliseum como teatro en 2007 con Cómeme el Coco, Negro, ahora La Cubana vuelve a la Gran Vía recuperando la platea con butacas.

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