Este verano podremos ver en el Festival Grec la última creación en la que ha participado uno de los coreógrafos más relevantes de la escena contemporánea de las últimas décadas, William Forsythe, conocido por sus creaciones como director del Frankfurt Ballet y de la The Forsythe Company, y más recientemente por sus “objetos coreográficos”. El coreógrafo estadounidense ha trabajado siempre con y a partir del ballet clásico, pero llevando la técnica más allá de sus convenciones formales y estéticas, creando así un sinfín de piezas memorables. Algunas han pasado por el festival de Barcelona, como One Flat Thing, reproduced(2000), la famosa “pieza de las tablas” que se vio en la inauguración del Grec 2022 con el Nederlands Dans Theater, NDT 1, o White Bouncy Castle ( 1997), los castillos hinchables (en colaboración con Dana Caspersen y Joel Ryan) que se instalaron en la Sala Oval del MNAC en 2019.
Este año veremos otra faceta de Forsythe, no tanto como coreógrafo de compañía o artista visual de instalaciones performáticas (aunque su obra es siempre una reflexión sobre el concepto en sí de coreografía), sino más como facilitador y colaborador con artistas de generaciones más jóvenes. Se trata de la pieza Friends of Forsythe (2023), que dirige junto al bailarín, coreógrafo y artista visual kurdo Rauf Yasit, conocido como RubberLegz (‘piernas de goma’) por su habilidad de crear figuras inhumanas con las articulaciones, también intérprete del espectáculo. Siguiendo la idea de romper barreras entre disciplinas y desdibujar los límites categoriales, la pieza plantea un diálogo coreográfico entre el folclore, las danzas urbanas y el ballet, poniendo en escena seis bailarines con trayectorias y experiencias danzas muy diversas entre sí: Rauf RubberLegz Yasit proviene de las danzas urbanas; Lex Ishimoto es un bailarín formado en jazz, lírico, tapón, hip-hop, ballet clásico y danza contemporánea; Riley Watts, bailarín y coreógrafo multidisciplinar que ya ha colaborado en más de una ocasión con Forsythe; también es el caso del bailarín y coreógrafo albanés Brigel Gjoka, que también ha trabajado anteriormente con Rauf Yasit, y, finalmente, el colectivo JA Collective, formado por Jordan Johnson y Aidan Carberry, que se definen a sí mismos como “arquitectos de movimiento” y “visual storytellers”.
En las creaciones de Forsythe los bailarines siempre desempeñan un papel fundamental, no son meramente intérpretes de una coreografía estática, sino que participan activamente aportando sus destrezas y carisma personal, entendiendo la coreografía como un acto de escritura simultánea y el cuerpo de los bailarines como un cuerpo pensando que piensa coreografiando. Como explica en una entrevista en la que habla de los ensayos con el Ballet Nacional de Canadá, Forsythe no suele querer transmitir ningún mensaje, sino que espera que sean los bailarines quienes “digan” algo con su intención interpretativa, partiendo de su amor por la danza y el deseo de bailar. Precisamente esto es lo que nos encontraremos en Friends of Forsythe.
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