Un año más llega el Festival Dansat: una insólita apuesta del SAT Teatre para demostrar que desde un espacio público de barrio es posible programar danza; que se puede hacer en conexión con el sector; y que interesa al público de toda la ciudad. Del 27 de abril al 1 de mayo tendrá lugar la 13ª edición, con nuevos grupos implicados en la ALIANSAT, que es como se ha llamado el programa específico de colaboración entre las compañías y el teatro, con el asesoramiento artístico de Thomas Noone.
Fotografia: Tristán Pérez-Martín
Comparten en esta edición una preocupación: la inoperancia y falta de compromiso de los gobiernos europeos hacia la situación de penuria de los refugiados. Y ninguna manera mejor de expresarlo que en escena: el viernes el proyecto comunitario Pies para que os quiero hará una proclama clara y exigente. «¿Renunciar? NO / ¿Retirada? NO / ¿Retroceder? NO «. Fragmentos de un breve poema que recitan a media representación, con una numerosa participación de vecinos de diversos barrios de la ciudad, bajo la dirección de Alvaro de la Peña (Compañía Iliacán Danza) y en función solidaria para la ONG Himaya. Sólo por el propósito sería interesante acercarse, pero todavía hay una razón más: la precariedad del cuerpo. Los intérpretes son de edades y condiciones físicas muy diversas. También culturales y sociales. Juntos constituyen una unidad de expresión, con la mediación del movimiento y la coreografía. Bailan como forma de resistencia, como expresión de la propia condición de seres que en el breve instante que es la vida reclaman los mismos derechos para toda la humanidad. Y su voz se amplifica cuando se hace desde la propia limitación. Extraordinaria simbología para nuestro grito unánime: #volemacollir
Danza y compromiso. Danza y aliados. Por eso en los 5 días de festival podremos ver que la diversidad nos enriquece. Gente de aquí y bailarines que hace tiempo están entre nosotros. Es el caso de Guy Nader (Beirut) y Maria Campos que llevan el sábado la pieza Time Takes Time The Time Time Takes: un delicado mecanismo corporal de señalamiento del tiempo. Como si se tratara de un péndulo, un engranaje perfecto que marca cada compás de la música en directo de Miguel Marín (Sevilla).
Fotografia: Tristán Pérez-Martín
También establecidos en Barcelona, Miquel Fiol (Palma) y Sarah Anglada presentarán el domingo la obra Yi-Ha. Una recreación sobre la vida en el oeste americano: cowboys, indios, polvo y toros mecánicos se entrecruzarán con el teatro y la danza desatados de buen humor con el que la compañía Los Moñekos componen creaciones pensadas para todo el público, con una exigente técnica de baile. Dos de los más destacados intérpretes de este momento y que ha llevado a Miquel a recibir recientemente el premio de la crítica de danza.
Para cerrar las piezas enteras que ofrecerá el festival el lunes es el turno de la coreógrafa Roser López Espinosa con Novembre. Un ensamblaje delicado entre diferentes estilos de bailarines, interpretado con Diego Sinniger e Inés Massoni (Périgueux). Un alegato a la cooperación, el trabajo en grupo y el espacio compartido.
Porque nada resulta más absurdo que ir señalando el origen de nadie, pues están aquí entre nosotros, bailando, creando, soñando … ¿Se imaginan cuántas cosas perderíamos si un buen día no hubieran venido? ¿Si no uniéramos diversidades? Con este espíritu precisamente abrirá el jueves el Festival: el ALIANSAT. Cuatro compañías que ofrecerán fragmentos de unos quince minutos de sus creaciones más recientes: la Sesió 6.4.3. con el Colectivo Labranza, Vero Cendoya, Irons Skulls y Los Moñekos.
Estas bailarinas y bailarines son nuestros aliados. Se libra una particular guerra contra la ignominia. Tendrá lugar en el Espai Dansat coincidiendo con el Día Internacional de la Danza: 29 de abril.
Texto: Jordi Sora
