La compañía Las Niñas de Cadiz llegan al Teatro Condal con su aclamada versión, ganadores de un Premio Max al Mejor Espectáculo Revelación. Se llama El viento es salvaje y nos presenta dos grandes personajes trágicos grecolatinos en su faceta más libérrima e hilirante.
Se trata, en palabras de la compañía, «de una historia de pasiones universales contada desde nuestro pequeño enclave en el sur del Sur», explican: «Se trata de una tragedia atravesada por la risa, luminosa y salvaje, narrada con un lenguaje propio que une tradición clásica, vanguardia y cultura popular sin pudor alguno y con grandes dosis de libertad».
Fedra y Medea hablan con acento andaluz, no tienen peples y túnicas azafranadas, viven vidas aparentemente anodinas en el Cádiz actual, rodeadas del perturbador viento de Levante, el corazón de los vecinos, la flauta del afilador, la presencia de un circo en las afueras de la ciudad… Elementos que presagian la fatalidad. Dos heroínas en el sur del Sur. Sin embargo, en la obra la tragedia está entretejida con la risa, una risa a veces amable y otros transgresor: «El viento es salvaje es una reflexión y lúdica sobre la suerte, sobre los celos y la culpa, las pasiones y los amores prohibidos», señala la compañía. «Aquí el humor tiene aquí una raíz agrietada, dolorosa… Podemos decir que con el humor de nuestra Fedra y nuestra Medea se hace mítico y, por el contrario, la tragedia adquiere una dimensión cotidiana».
Un espectáculo 100% gaditano
Las Niñas de Cadiz han querido que el peso de la función recaiga en el texto y en la interpretación de unas actrices que nunca abandonan el escenario. La puesta en escena es austera y parte del verso (creación de Ana López Segovia) recitado o cantado, que marca el ritmo impasible de la tragedia. Estrofas llamadas cultos por la tradición literaria como el soneto, la lira, los tercetos, los pareados o la decena conviven con las populares como el romance, la quintilla, o las cuartetas típicas del romancero carnavalesco gaditano.
La compañía debe su nombre a las Puellae Gaditanae, artistas del Imperio Romano, y tienen su origen en La Chirigota de las Niñas. La compañía fusiona la cultura popular y la tradición culta, siempre con el humor como seña de identidad.
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