Fairfly, el espectáculo multipremiado de La Calòrica, regresa al Espai Texas. Hasta finales de abril, se podrá ver esta comedia sobre la emprendeduría que, tras el éxito conseguido en el Teatro Tantarantana durante la temporada anterior, ha sido galardonada con dos premios Butaca 2017 (mejor espectáculo de pequeño formato y mejor texto) y un premio de la Crítica 2017 (mejor espectáculo de pequeño formato). El montaje también es finalista en los premios Max 2018 en las categorías de mejor autoría y mejor espectáculo revelación.
La obra, escrita por Joan Yago y dirigida por Israel Solà, habla de la burbuja de las empresas emergentes y la cultura emprendedora o, en palabras de su director, «de la letra pequeña del emprendimiento. Según nos dicen, tanto personas grandes empresas como de empresas pequeñas han vivido situaciones similares». En este sentido, añade Yago, «todo el mundo se identifica con la historia porque quien no ha querido, alguna vez, montar una empresa, ha montado una banda de música o un grupo de teatro».
Éste es el octavo espectáculo de la compañía, que siempre está interesada en lograr nuevos retos. «En este caso, se trataba de hacer una obra entera con unos personajes todo el rato sentados en torno a una mesa», apunta Solà.
Fairfly cuenta la historia de cuatro amigos -interpretados por Ester López, Xavi Francés, Aitor Galisteo-Rocher y Vanessa Segura– que, después de que la empresa en la que trabajan plantee un ERE que afecta a la totalidad de su plantilla, deciden probar suerte como empresarios y crear una papilla muy especiales.
El espectáculo busca una naturalidad especial en las interpretaciones que, según Solà, puede parecer cercano al cine «por la espontaneidad y proximidad de los actores pero, en realidad, es una apariencia que conseguimos con un trabajo preciso, laborioso y, efectivamente, teatral de las interpretaciones».
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Buena obra. Entretenida