El Teatro Akademia acoge hasta el 16 de febrero Entre monstres de la compañía 42KM dirigido por Israel Solà. El espectáculo, con tintes de thriller teatral, reflexiona sobre la memoria, los traumas y el significado de la casa como espacio de seguridad e identidad.
Entre monstres parte de una visita de un comprador potencial a un piso en venta que acaba convirtiéndose en un viaje al pasado del protagonista, donde las estancias vacías se van llenando de recuerdos y figuras que le obligan a enfrentarse a un trauma infantil. «Lo que más me impactó de ese texto fue su tono poético e inquietante, con resonancias lorquianas y beckettianas», destaca el director, Israel Solà. «Es como caer por el gazapo de Alicia, donde las primeras imágenes te desconciertan, pero te atrapan hasta que quieres descubrir el quebradizo completo».
Una obra para desmitificar y humanizar
Entre monstres es un texto que surgió durante el confinamiento por la COVID-19, cuando los miembros de la compañía compartieron reflexiones sobre sus propias experiencias con el hogar y la niñez. Estos encuentros evidenciaron una verdad dolorosa: la casa no siempre es un espacio seguro. «El sistema nos educa para creer que la familia es inquebrantable y un refugio incondicional», explican desde 42KM, «pero, para muchas personas, es el epicentro de una violencia que se perpetúa en el silencio».
La obra pone el foco en la necesidad de hablar de las violencias intrafamiliares, un tema todavía demasiado a menudo tabú. «Lo que no se dice corre el riesgo de convertirse en un vacío, que no se va», reflexiona Solà. Por este motivo, el montaje apuesta por desmitificar a los abusadores: «No son bestias o monstruos mitológicos, son personas, y esta humanización es necesaria para comprender y responsabilizarnos como sociedad», añade la compañía.
Montse Esteve, David Bagés, Georgina Latre y Rafa Delacroix dan vida a personajes que son a la vez reales y proyecciones simbólicas del subconsciente del protagonista. «Estos ‘monstruos’ son voces, miedos y recuerdos que conviven dentro de nosotros como imágenes deformadas de un quebradizo», explica Solà. Pese a tratar temáticas complejas como la violencia vicaria y los abusos, la obra sabe encontrar momentos de humor y esperanza. “Es una obra sobre el dolor, sí, pero también sobre la posibilidad de transformarlo. Las situaciones poéticas y los personajes nos ayudan a explicar lo inexplicable”, asegura Latre.
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