El teatro Tantarantana estrena el próximo 13 de febrero Germanes, la obra más intimista del reconocido autor canadiense de origen libanés Wajdi Mouawad, protagonizada por Mònica López y Lluïsa Castell bajo la dirección de Roberto Romei.
El texto de Mouawad explica cómo el encuentro casual entre dos mujeres en la habitación de un hotel les dará el coraje para rebelarse ante una vida que no les satisface y encontrar las palabras para romper el silencio. El director del espectáculo, Roberto Romei, ha afirmado este martes en rueda de prensa que el texto es una reflexión sobre los orígenes, la necesidad de reencontrarse con uno mismo y la defensa de la propia cultura desde dos puntos de vista: el humano y el político.
La vertiente política hace referencia a la lucha del mundo francófono canadiense con el dominio anglófono y la humana, a la necesidad de cualquier individuo de no perder el contacto con sus raíces. Las actrices de Germanes han querido destacar la importancia de presentar un montaje protagonizado por dos mujeres de cincuenta años, porque, según Lluïsa Castell, “encontrar una obra contemporánea de este nivel con dos protagonistas femeninas es muy difícil, parece que no interesa lo que tienen que explicar”.
Asimismo, Mònica López ha destacado que personalmente le parece más interesante lo que puede explicar una mujer a los cincuenta que a los veinte por su bagaje, mientras Romei ha considerado que “esta obra con personajes masculinos no funcionaría por las experiencias y el tipo de hermandad que ellas tienen”. Geneviève y Layla, las dos protagonistas, no son hermanas de sangre, sino dos desconocidas muy diferentes, aunque las dos están solas y han vivido el exilio de una manera u otra, razón por la que se produce una gran conexión entre ellas que las lleva a reconocerse como hermanas de historias y de emociones.
Roberto Romei ha dicho que confía en las impresiones que le provoca un texto en su primera lectura, y del de Mouawad le interesó la sensación que suscita, según él, “de no tener casa y la importancia de estar conectados con nuestros orígenes, que es lo que nos hace personas”. En la función, coproducida por Tantarantana Teatre y Arsènic Creació, aparecen temas como la humillación que nos genera el silencio, el dolor por la pérdida de nuestra historia y nuestra lengua, o la necesidad de poner palabras a nuestras necesidades.
El texto del espectáculo, que se podrá ver hasta el 8 de marzo, se sirve de una tormenta de nieve como escenario para representar “un mundo perverso, frío y de soledad” en el que las protagonistas descubren que la única manera de enfrentarse a él es volviendo “a los dolores pasados para pisarlos y reconstruirse”, ha aclarado el director. Para Romei, la atmósfera intimista y poética que plantea el relato, que tiene su base en el mundo real, es “la única manera de explicar cosas tan profundas”.